Noticiero A.M.
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En la industria cinematográfica, los rodajes suelen estar llenos de anécdotas que se convierten en parte del folclore de Hollywood.
Una de ellas tiene como protagonistas a Denzel Washington y Ryan Reynolds durante la filmación de Safe House (2012), cinta de acción y suspenso que consolidó la química entre ambos actores. Sin embargo, un inesperado episodio con un teléfono móvil estuvo a punto de arruinar una de las escenas más importantes de la película.
La secuencia final de Safe House requería un nivel de concentración máxima. Tobin Frost, personaje interpretado por Washington, agonizaba tras recibir un disparo y confesaba sus pecados en un momento cargado de dramatismo. Mientras el equipo rodaba la segunda toma, el set quedó en completo silencio, hasta que sonó un tono de llamada inconfundible: “Come Fly With Me”, de Frank Sinatra.
El responsable era Ryan Reynolds, coprotagonista del filme. Su teléfono, olvidado en el bolsillo, interrumpió el momento más sensible del rodaje. La reacción de Denzel Washington no tardó en llegar: “¿De quién demonios es ese teléfono?”, gritó visiblemente molesto en pleno estudio, según relató el propio Reynolds a la revista Variety. El actor canadiense confesó que intentó disimular la vergüenza del momento, pero Washington calificó la interrupción como un “disturbio inexcusable”.
La tensión se apoderó del set. El asistente de dirección preguntó a Washington si era posible repetir la toma, a lo que él respondió con seriedad. Reynolds, buscando suavizar el ambiente, lanzó una broma: “Sí, por los especialistas”, en referencia al esfuerzo del equipo técnico. El comentario logró arrancar algunas sonrisas, aunque el malestar del protagonista se mantuvo.
El episodio recordó otros momentos en los que Denzel Washington ha mostrado su carácter firme frente a situaciones que percibe como una falta de respeto. Un año antes, por ejemplo, protagonizó un intercambio acalorado con fanáticos que insistían en tomarle fotos y pedirle autógrafos a la salida del Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Pese a la tensión inicial, el incidente no dañó la relación entre ambos actores. Con el paso del tiempo, se transformó en una anécdota recurrente y hasta graciosa. En una entrevista en The Jonathan Ross Show, Reynolds recordó que trabajar junto a Denzel Washington había sido “el sueño de toda su vida” y que la admiración que siente por él es absoluta.
“Me levanto y miro a todos los especialistas a mi alrededor y pienso: ‘¿De quién demonios es ese teléfono?’”, relató Reynolds entre risas sobre aquel momento que casi le cuesta una escena. También reconoció que en ocasiones se quedaba tan impresionado con el talento de Washington que olvidaba actuar y solo lo observaba.
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La respuesta de Denzel fue fiel a su estilo: con humor e ironía. “¿Entonces eso era lo que pasaba? Pensé que eras un actor terrible, simplemente”, dijo, desatando la risa de todos los presentes.
Lo que pudo haber sido un roce irreparable terminó consolidando una amistad basada en el respeto y el sentido del humor. En un Hollywood donde la competencia suele marcar las dinámicas, Washington y Reynolds demostraron que la admiración mutua puede superar incluso los imprevistos más incómodos.
Hoy, más de una década después del estreno de Safe House, la anécdota sigue circulando como un ejemplo de cómo un error inesperado puede convertirse en una historia legendaria detrás de cámaras.