Halle Berry lo destapó: el Óscar no cambió la historia de las actrices negras en Hollywood
Más de dos décadas después de hacer historia, la actriz lanza una dolorosa reflexión.
Su victoria en los Premios Óscar de 2002 no abrió las puertas que ella soñó para las mujeres negras en el cine. “¿Realmente cambió algo?”, se pregunta en el documental Number One on the Call Sheet de Apple TV+.
Aquel momento en que Halle Berry alzó la estatuilla dorada por su papel en Monster’s Ball marcó un hito. Era la primera vez que una mujer afrodescendiente ganaba el Óscar a Mejor Actriz. El mundo lo celebró como un antes y un después. Pero el después nunca llegó. “Me ha obligado a preguntarme: ¿importó? ¿Realmente cambió algo para las mujeres de color? ¿Para mis hermanas? ¿Para nuestro camino?”, expresó Berry con una mezcla de honestidad y decepción.
En más de 90 años de historia de los Premios de la Academia, solo 13 mujeres negras han sido nominadas a Mejor Actriz, según recuerda el documental. Entre ellas destacan Viola Davis, con dos nominaciones en esa categoría, y Cynthia Erivo, reconocida en otras dos ocasiones en categorías distintas. Pero la cifra más contundente es una: solo una ha ganado. Y fue Berry, hace ya más de veinte años.
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El documental muestra un montaje desolador: una tras otra, mujeres negras siendo nominadas… y perdiendo. Un ejemplo reciente lo menciona Berry con tristeza: la ceremonia de 2021. Ese año, tanto Viola Davis (Ma Rainey’s Black Bottom) como Andra Day (The United States vs. Billie Holiday) estaban nominadas. Berry recuerda haber estado convencida de que una de ellas ganaría:
“Estaba 100 por ciento segura de que este era el año en que una de ellas se llevaría este premio. Por razones igualmente diferentes y hermosas, ambas lo merecían, y yo estaba segura”, dijo. Pero no fue así. El galardón fue para Frances McDormand, quien ya suma tres estatuillas como Mejor Actriz.
La crítica de Berry va más allá del desencanto personal. Es un llamado urgente a repensar la estructura del sistema cinematográfico: “El sistema no está diseñado para nosotras, así que tenemos que dejar de anhelar algo que no es para nosotras. Al final del día, el arte debe tocar la vida de las personas, y eso es lo más importante”, reflexionó.
Otras figuras del documental respaldan su postura. La legendaria Whoopi Goldberg, quien ganó el Óscar a Mejor Actriz de Reparto, se pregunta: “Un momento, ¿ninguno de nosotros fue lo suficientemente bueno? ¿Nadie? ¿De toda esta gente, nadie? ¿Qué nos estamos perdiendo? Esta es una conversación que la gente tiene todos los años”.
Taraji P. Henson, nominada también en su momento, fue más directa al criticar la manera en que la industria posiciona a las actrices negras: “No creo que la industria nos vea realmente como protagonistas, ¿sabes? Nos dan premios a las actrices de reparto como si fueran bastones de caramelo. Eso simplemente… no sé qué hacer con eso. Porque, ¿qué me estás diciendo?”
Entre las voces más crudas del documental está la de Gabourey Sidibe, quien compartió cómo sobrevivía antes de alcanzar la fama con Precious. A los 24 años, trabajaba como operadora en una línea erótica, donde debía disimular su identidad racial para conservar el empleo:
“Para que lo sepan, la empresa estaba compuesta principalmente por mujeres negras. Y no estaba permitido sonar como una persona negra al teléfono”, narró.
En su testimonio, Sidibe expone cómo tuvo que ocultar su identidad para ser aceptada en un entorno moldeado por estándares blancos: “Había una línea exclusiva para chicas negras. Adivinen qué, casi nunca sonaba. Así que mi nombre en las llamadas era Melody. Y en cada conversación, ponía una voz aguda de Valley Girl”, reveló.
Y aún más devastador fue su análisis sobre el racismo estructural que impregna incluso el sentido de autoestima: “Nos entrenan para odiarnos a nosotros mismos y el mundo a nuestro alrededor también está entrenado para reforzarlo”, concluyó.