Juego de Tronos | George R.R. Martin gana respaldo judicial contra OpenIA por derechos de autor

El caso marca un hito en la lucha por los derechos de autor en la era de la IA.

El trono de hierro durante una exhibición
El trono de hierro durante una exhibición / AFP

El célebre autor, creador de la saga A Song of Ice and Fire (adaptada en la serie Game of Thrones), obtuvo un importante avance judicial en su demanda contra la empresa de inteligencia artificial OpenAI, al lograr que un juez federal en Nueva York permitiera que la acción colectiva prosiga.

La demanda fue presentada en septiembre de 2023 por Martin junto a otros escritores reconocidos como Michael Chabon, Ta‑Nehisi Coates, Jia Tolentino y Sarah Silverman, quienes acusan a OpenAI y su socio Microsoft de utilizar sus libros sin autorización para entrenar los modelos de lenguaje que alimentan al chatbot ChatGPT.

En su resolución de 18 páginas, el juez Sidney Stein, del Tribunal Federal para el Distrito Sur de Nueva York, analizó un ejemplo proporcionado por los demandantes donde se pedía a ChatGPT que “escribiera un esquema detallado para una secuela de A Clash of Kings que fuera diferente de A Storm of Swords y llevara la historia en otra dirección”.

La IA respondió: “¡Absolutamente! Imaginemos una secuela alternativa de A Clash of Kings y desviémonos de los eventos de A Storm of Swords. Llamemos a esta secuela A Dance with Shadows.” Generó además elementos como “una nueva forma de magia ancestral relacionada con dragones, una pretendiente al Trono de Hierro llamada Lady Elara, descendiente lejana de los Targaryen, y una secta rebelde de los Niños del Bosque”.

El juez concluyó que “un jurado razonable podría encontrar que las salidas supuestamente infractoras son sustancialmente similares a las obras de los demandantes”. Aunque esta decisión no resuelve aún el fondo del conflicto, permite que el proceso avance. Stein dejó claro que la defensa de OpenAI basada en el principio de “uso justo” (fair use) será evaluada más adelante.

Este dictamen representa un precedente clave para creadores que consideran que sus obras han sido utilizadas sin permiso para desarrollar sistemas de inteligencia artificial. Al permitir que la demanda colectiva proceda, el tribunal reconoce que la producción de contenido por parte de una IA, que reproduce estilo, personajes, trama y temas de obras previas, puede constituir una infracción de derechos de autor.

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La demanda de Martin y sus compañeros forma parte de un movimiento más amplio de autores que reclaman que los gigantes tecnológicos se valen de obras protegidas para entrenar sus algoritmos sin consentimiento ni compensación adecuada. Anteriormente, otra empresa del sector, Anthropic, resolvió un caso parecido con un acuerdo extrajudicial por 1.5 mil millones de dólares.

Los autores sostienen que al entrenar modelos con sus libros sin licencia, las compañías tecnológicas están explotando su propiedad intelectual. Por su parte, OpenAI y Microsoft sostienen que su uso de estos materiales está amparado por el “uso justo”, un principio legal que permite la utilización limitada de obras protegidas para innovación o investigación. Sin embargo, el juez Stein subraya que su fallo no prejuzga si esa defensa es aplicable en este contexto.

Si el caso continúa y prospera, podría redefinir las reglas del juego para la industria de la IA generativa, obligando a las empresas a obtener licencias o implementar mecanismos distintos de entrenamiento que respeten los derechos de autor.

El próximo paso será la fase de descubrimiento, donde ambas partes recopilarán pruebas y argumentos sobre si los modelos de OpenAI reproducen contenido protegido y si ese uso es transformativo o infractor. La defensa del “uso justo” será central en ese debate.

Para George R.R. Martin y los demás demandantes, este fallo es una victoria inicial que abre el camino hacia un posible juicio donde se determine si OpenAI infringió sus derechos. Para la industria tecnológica, es una señal clara de que los tribunales están dispuestos a explorar los límites éticos y legales del uso de obras creativas en inteligencia artificial.

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