Tom Hanks, entre la fama y el silencio: su hija revela una infancia de abandono y trastornos mentales
En su nuevo libro de memorias, la escritora y actriz expone el lado oculto de una vida familiar entre sombras, lejos de los reflectores que rodearon a su padre.
Por primera vez, Elizabeth Hanks, hija del actor Tom Hanks y su primera esposa, Samantha Lewes, habla sin filtros sobre una infancia fracturada por el abandono, la inestabilidad emocional y la violencia. En su recién publicado libro “The 10: A Memoir of Family and the Open Road”, la escritora revela episodios profundamente dolorosos de su niñez, que se vivieron lejos del brillo de Hollywood.
“Soy una chica del primer matrimonio (no famoso)”, escribe E.A., como prefiere firmar. Con honestidad descarnada, rememora los años tras el divorcio de sus padres en 1985. A partir de entonces, Elizabeth y su hermano mayor, Colin, vivieron realidades paralelas: los fines de semana con su padre en Los Ángeles y el resto del tiempo con su madre en Sacramento.
Desde temprana edad, Elizabeth sintió el impacto del desarraigo: “Tengo una foto mía entre mis padres. En ella, la mejor peluca de mi madre está un poco torcida”, cuenta en uno de los pasajes más simbólicos del libro.
Samantha Lewes, cuyo nombre real era Susan Dillingham, fue actriz, madre y una figura central en la vida de sus hijos. Pero también fue una mujer marcada por el dolor, el aislamiento y, según sospechas de su hija, un trastorno bipolar no diagnosticado.
“Viví en una casa blanca con columnas, un patio trasero con piscina y una habitación con fotos de caballos pegadas en todas las paredes”, describe Elizabeth, aludiendo a los primeros años en Sacramento. Pero ese entorno idílico se deterioró rápidamente. La casa, dice, se llenó de excrementos de perro, olía a humo y la nevera estaba vacía o repleta de comida podrida.
Te puede interesar: Harrison Ford causa furor al viajar en metro de Nueva York por primera vez en años
Te puede interesar: WhatsApp puede bloquear su cuenta por estos mensajes; ¡No los escriba jamás!
“Mi madre pasaba cada vez más tiempo en su gran cama con dosel, estudiando la Biblia”, recuerda. La situación empeoró hasta que un episodio de violencia física cambió el acuerdo de custodia. A partir de entonces, vivió en Los Ángeles con su padre y solo visitaba a su madre los fines de semana.
En su último año de secundaria, su madre la llamó con una noticia desgarradora: estaba muriendo de cáncer de pulmón. Falleció en 2002, a los 49 años. Elizabeth tenía solo 19.
La pérdida la dejó con más preguntas que respuestas. En 2019, impulsada por ese vacío, emprendió un viaje de seis meses por carretera, desde Los Ángeles hasta Palatka, Florida, lugar donde vivió su madre, siguiendo la Interestatal 10. Fue un recorrido físico y emocional con el que buscaba reconstruir la historia de una madre incomprendida.
“Me preguntaba quién era realmente mi madre, qué había soportado y qué aspectos de su vida solo tenían sentido en los rincones más oscuros de este lugar que llamamos Estados Unidos”, confesó a la revista People.
Mientras Tom Hanks, galardonado actor y símbolo de integridad en Hollywood, formaba una nueva familia con la actriz Rita Wilson, con quien tuvo dos hijos más, Chet y Truman, Elizabeth lidiaba con una madre inestable, la falta de apoyo emocional y el sentimiento de ser invisible.
En su libro, no busca culpables, sino comprensión. Es un intento de reconciliar su dolor con el legado de una figura materna compleja y atormentada. Y también, un testimonio valiente que revela cómo incluso detrás de los apellidos más famosos puede esconderse una historia de abandono y redención.