Dorothea Lange, la fotógrafa de la emoción y la expresividad

Un hombre observa tres fotografías de Dorothea Lange.
Un hombre observa tres fotografías de Dorothea Lange. / EFE
Efe
10 de octubre 2015 - 08:09

Cincuenta años después de su muerte, de las imágenes tomadas por Dorothea Lange se desprende la misma emoción y expresividad que cuando esta fotógrafa estadounidense de origen alemán retrató la dignidad dentro de la pobreza de la América de los treinta.

Fue sin duda la fotógrafa que mejor supo captar la dureza de la Gran Depresión que asoló Estados Unidos y, especialmente, las zonas rurales desde 1929 y hasta comienzos de los años cuarenta, una época que Lange plasmó en fotografías como la de "Migrant mother", su imagen más conocida.

Era 1936 y Lange estaba recorriendo algunas de las zonas en las que se estaba realojando a familias pobres de California y se encontró con Florence Owens Thompson, una mujer de 32 años, que estaba sentada en una tienda de campaña con sus siete hijos.

"Me dijo que habían estado sobreviviendo a base de verduras congeladas de los campos cercanos y de pájaros que sus hijos mataban. Y que acababa de vender los neumáticos de su coche para comprar comida", describió Lange años después.

La dureza y al mismo tiempo la resignación del rostro de Owens, con un bebé en sus brazos y algunos de sus hijos apoyados sobre sus hombros, ha quedado como la imagen más fiel de una época que también retrató con realismo en fotografía Walker Evans y en literatura John Steinbeck con "Las uvas de la ira".

La mirada perdida de la mujer -cuyo nombre no se hizo público hasta 1978, cuando un periodista la localizó- es la imagen más descriptiva de la penuria y al mismo tiempo de la humanidad, en una fotografía que pese a todo contiene una inexplicable belleza y que hoy cuelga de las paredes de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.

Pero pese a la importancia de esa imagen, el trabajo fotográfico de Lange fue más allá.

Fue la primera mujer en conseguir una beca del Guggenheim, que sin embargo nunca completó porque decidió irse a fotografiar la evacuación de los americanos japoneses de la Costa Oeste tras el ataque de Pearl Harbour.

De nuevo sus expresivos y humanos retratos de estas personas son el mejor testimonio del traslado forzoso de más de cien mil americanos de origen japonés que no habían cometido ningún delito, a los que no se acusó de nada y que tampoco tuvieron derecho a ninguna apelación.

Un trabajo que le encargó la Oficina de Información de la Guerra (OIW) y cuyo resultado no fue exhibido hasta 50 años más tarde por las críticas directas a la actuación del Ejército.

La escasa repercusión de este trabajo, le llevó a un periodo de desencantamiento de la fotografía hasta que en 1945 le encargaron fotografiar la conferencia que se celebró en San Francisco para crear la Organización de Naciones Unidas.

En 1950 participó en una exposición conjunta en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) y fue contratada por la revista Life para retratar a la comunidad mormona de Utah y a la irlandesa del condado de Clarke.

Poco después el que era su segundo marido, Paul Taylor, fue designado para el cuerpo diplomático, lo que hizo que viajaran mucho por el extranjero, recorridos que ella documentó y que formaron su primera exhibición en solitario en el MoMA en 1965.

Lange falleció a los 70 años a causa de un cáncer de esófago, el 11 de octubre de 1965, menos de tres meses después de que se abriera la exposición en un museo que ahora guarda muchas de sus imágenes más importantes, incluidas algunas de la serie de "Mother Migrant".

Hasta su fallecimiento, Lange consideró que su trabajo no había logrado ser la denuncia social que ella pretendía, algo que sin embargo sí logró en años posteriores, ya que su obra fue mucho más valorada en las décadas posteriores.

El Museo Whitney de Nueva York exhibió en 1972 sus fotos sobre el internamiento de americanos japoneses y a partir de ese momento las muestras de su trabajo se han repetido por todo el mundo.

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