Miles de diablos se alistan para juntarse en una gran danza en Ecuador
Miles de diablos se alistan en Ecuador para participar desde el miércoles en la fiesta multicolor de historia, tradición y algarabía que durará seis días y que es conocida como la Diablada de Píllaro.
Originada hace más de 150 años, en la época de la colonia, como un acto de rebeldía indígena, en la actualidad, la personificación del diablo se ha transformado en una muestra de ingenio y carisma de las miles de personas que se disfrazan como el demonio.
Conocida como la Diablada de Píllaro, la fiesta convoca a miles de personas entre el 1 y 6 de enero para ver desfilar y bailar a los diablos con caretas tan macabras que parecen diseñadas por el mismísimo Lucifer.
Cuernos en todas las direcciones suelen coronar máscaras de grandes colmillos, ojos saltones con miradas malévolas y grandes pelucas, que portan los danzantes vestidos de rojo y negro, mientras bailan por las calles de Píllaro, unos 150 kilómetros al sur de Quito, en la provincia andina de Tungurahua.
Según el alcalde de Píllaro, Francisco Yanchatipán, la Diablada, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial el 29 de diciembre de 2008, representa la "resistencia" de los indígenas de antaño y de hoy a la opresión.
Otra versión dice que, antes, los terratenientes se llevaban a las mujeres de los campesinos y, estos comenzaron a usar los cachos de los animales que mataban para hacer las caretas, a fin de asustar a las personas que se las llevaban y así poder rescatarlas.
Pero historias y leyendas aparte, la Diablada se realizará la primera semana de enero para recibir de buena manera el año, y empezar con pie derecho, según los participantes.
Como es costumbre, los diablos recorrerán algo más de un kilómetro por la ciudad, en una fiesta que culmina en el atrio de la iglesia.
Con semejanzas al afamado carnaval de Oruro (Bolivia), sobre todo por las majestuosas caretas de diablos que la gente usa en la celebración, la Diablada es una explosión de alegría en la que quienes representan a satanás ejecutan siete pasos de baile en su recorrido.
Junto a los diablos, desfilarán la "guaricha" (hombre o mujer), un personaje jocoso que representa a la mujer alegre, sociable y tentadora.
También participará el capariche, que "representa a la clase baja del pueblo, llevando en su mano una escoba elaborada de espigas, ortigas y retama, simulando que limpia el piso por donde pasarán los diálogos y sus acompañantes" según el Ministerio de Turismo.