El escándalo del hombre desnudo en caja que sacudió una Met Gala
Met Gala
En medio de una de las noches más glamorosas del calendario cultural, la Met Gala de 2017, ocurrió un suceso que rompió con todo protocolo.
El suceso descolocó a celebridades y forzó a la audiencia a enfrentar una escena que pocos esperaban: un hombre completamente desnudo apareció dentro de una urna de acrílico, inmóvil, en pleno acceso al Museo Metropolitano de Arte.
Mientras el mundo de la moda celebraba la creatividad de Rei Kawakubo bajo la temática “El arte del intermedio”, un acto radical surgió de las sombras. Sin invitación ni autorización, un performer irrumpió visualmente en el evento más exclusivo de Nueva York, encerrado voluntariamente en una caja transparente.
Por algunos minutos, nadie entendía si se trataba de una intervención planeada por los organizadores del Costume Institute o de una protesta camuflada como arte contemporáneo. Con el cuerpo expuesto y en posición fetal, el hombre no emitía palabra. Solo estaba ahí: vulnerable, crudo, ineludible. Una fuente anónima presente en la gala describió la escena para The New York Times: “Fue inquietante y poético. En medio de tanto exceso, ahí estaba este hombre, completamente vulnerable, completamente real”.
Pocos sabían entonces que estaban frente a Fyodor Pavlov-Andreevich, artista brasileño de origen ruso, conocido por sus acciones provocadoras que exploran los límites entre arte, espacio público y cuerpo. Lo que ocurrió aquella noche fue parte de su serie de performances llamada The Foundling.
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En su cuenta de Instagram, Pavlov-Andreevich explicó lo sucedido: “Fui arrestado y encarcelado tras presentar el quinto episodio de mi serie Foundling en la Gala del Met de Nueva York”.
El concepto detrás de The Foundling consiste en introducirse desnudo en una caja de acrílico de tamaño humano, que luego es colocada sin previo aviso en eventos de alto perfil. El artista permanece inmóvil durante horas mientras los espectadores procesan su presencia. Su objetivo no es el aplauso, sino el rechazo.
En una entrevista para Collectors Agenda, Pavlov-Andreevich fue enfático: “Aparece en los eventos más elegantes y glamurosos del mundo del arte y molesta y angustia a los anfitriones. Mi objetivo es ser rechazado, que me despidan, ser una razón para que llamen a la policía. Eso fue exactamente lo que pasó en la Gala del Met en Nueva York, donde me arrestaron y me metieron en la cárcel”.
La seguridad del Met retiró rápidamente la instalación improvisada. No hubo forcejeos ni violencia, pero el artista fue escoltado y detenido. Aunque fue liberado después, pasó casi un día en custodia: “Bueno, una celda de detención en la Central de Reservas durante 22 horas fue definitivamente el mejor de los casos, pero mucho mejor sabiendo que se acabó”, escribió en Instagram.
El incidente se propagó rápidamente por redes sociales, dividiendo opiniones. Algunos lo tacharon de oportunista. Otros, lo aplaudieron como un gesto potente de arte político. Un seguidor le escribió: “¡Genial! Esto va a ser muy beneficioso para tu carrera”.
El Met no emitió declaraciones oficiales sobre lo ocurrido, y como es costumbre en eventos de alto perfil, se minimizó la atención institucional al hecho. Aun así, la escena quedó grabada en la memoria colectiva: un recordatorio de que el arte puede colarse incluso en los espacios más controlados, y que la vulnerabilidad, desnuda y encerrada, puede ser el mayor acto de resistencia frente al lujo y la superficialidad.
A Naked Man Crashed the Met Gala https://t.co/OmHOw3eVskpic.twitter.com/XwyCBQPLoL
— Sun Surf Dreams (@sunsurfdreams) May 4, 2017