Michelle Obama rompe el silencio sobre cómo está su matrimonio con Barack Obama

Tras semanas de rumores y especulaciones, la exprimera dama decidió hablar sin rodeos.

Barack Obama y su esposa Michelle Obama
Barack Obama y su esposa Michelle Obama / Foto archivo AFP

Con la franqueza que la ha caracterizado desde su paso por la Casa Blanca, Michelle Obama, ex primera dama, dejó en claro que no hay una crisis matrimonial entre ella y el expresidente Barack Obama. Si la hubiera, no sería un secreto.

“Si tuviera problemas con mi esposo, todo el mundo lo sabría”, afirmó Michelle durante su participación el 30 de abril en el podcast “Diary of a CEO”. “Y déjenme decirles, él lo sabría y todo el mundo lo sabría. No soy una mártir. No lo soy. Y estaría resolviendo problemas en público y diría: ‘Déjenme contarles lo que hizo’”.

Con esa declaración, la abogada y escritora de 61 años respondió directamente a los insistentes rumores de una supuesta separación con Barack Obama, de 63, con quien ha compartido más de 32 años de matrimonio y tiene dos hijas: Malia, de 26 años, y Sasha, de 23.

Los rumores comenzaron a circular con más fuerza en las últimas semanas, especialmente tras algunas decisiones personales que Michelle tomó recientemente y que, para algunos sectores, solo podían explicarse a través de una supuesta crisis conyugal. Sin embargo, ella lo ve diferente: es simplemente una mujer adulta tomando las riendas de su vida.

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“Como mujeres, creo que nos cuesta decepcionar a la gente”, reflexionó Michelle en el episodio del 9 de abril del podcast “Work in Progress with Sophia Bush”. “Tanto que este año, la gente ni siquiera podía imaginar que estaba tomando una decisión por mí misma. Tenían que asumir que mi esposo y yo nos divorciamos”.

Para ella, ese tipo de juicio social revela algo más profundo: los estereotipos que aún pesan sobre las mujeres, incluso aquellas que han ocupado los espacios más influyentes del mundo.

“Esto no podría ser una mujer adulta tomando decisiones por sí sola, ¿verdad?”, continuó. “Pero eso es lo que nos hace la sociedad. De hecho, empezamos a preguntarnos: ‘¿Qué estoy haciendo? ¿Para quién estoy haciendo esto?’. Y si no encaja en el estereotipo de lo que la gente cree que deberíamos hacer, entonces se etiqueta como algo negativo y horrible”.

Por su parte, Barack Obama también habló públicamente sobre la evolución de su relación tras dejar la presidencia en 2017. En un evento celebrado el 3 de abril en Hamilton College, confesó con tono irónico pero honesto: “Estaba en una profunda crisis con mi esposa, así que he estado tratando de salir de ese atolladero haciendo cosas divertidas de vez en cuando”.

Aunque la frase pueda parecer ambigua, los comentarios de ambos dejan entrever que el matrimonio, como cualquier vínculo duradero, atraviesa retos, pero sigue siendo una fuente de crecimiento mutuo. Más que negar conflictos, lo que ambos Obamas han hecho es normalizarlos, desmitificar la perfección y abrir espacio a una narrativa realista del amor, el compromiso y la reinvención personal.

Y si alguien sigue esperando una ruptura silenciosa, Michelle ha dejado claro que, de ocurrir, no pasará desapercibida: “Todo el mundo lo sabría”.

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