El modelo e influencer Pablo García se despide de Instagram para convertirse en sacerdote
En 2021, junto a dos amigos se embarcó en un proyecto humanitario para ayudar a personas sin hogar.
El mundo de la farándula y las redes sociales rara vez se detiene. Es un torbellino constante de tendencias, colaboraciones, lujos y fama. Por eso, el reciente anuncio de Pablo García, un conocido modelo e influencer con más de 650,000 seguidores en Instagram, ha dejado a todos atónitos. En un giro inesperado, García ha decidido dejarlo todo para seguir su vocación religiosa y entrar al seminario con la intención de convertirse en sacerdote.
Esta decisión, tomada en el punto más alto de su carrera profesional, no solo ha generado un revuelo masivo, sino que también ha puesto de manifiesto que el verdadero éxito no siempre se mide en likes o en ceros en la cuenta bancaria.
Con una serenidad que contrasta con el ritmo frenético de su vida anterior, Pablo compartió la noticia a través de un emotivo video y un extenso texto en su cuenta de Instagram. Sentado en una silla, con un río de fondo, su mensaje fue tan simple como profundo. Comenzó con una frase que resonó con miles de sus seguidores: "Hazle caso a lo que te diga el corazón".
En su publicación, dejó claro que su decisión no era un impulso sentimental, sino la respuesta a un llamado interior que, para él, representa la verdadera esencia del éxito. “Para mí ese es el verdadero éxito en la vida: hacer y vivir la vida que un día Dios pensó para mí; hacerle caso a su voz en mi corazón más profundo”, escribió.
A lo largo de su carrera como influencer, Pablo García ha recorrido un camino lleno de viajes, experiencias y lujos que, según él, nunca se habría imaginado. Sin embargo, en el mismo post, confiesa que el mayor regalo que se lleva de estos casi cuatro años no son las marcas o los eventos, sino las miles de historias y los "milagros" que la gente le compartió. Relatos de fe, inquietudes personales y desahogos que le llegaban a través de mensajes directos, mostrando una conexión mucho más profunda que la superficialidad de las redes. Aunque lamenta no haber podido responder a todos los mensajes, es evidente que estas interacciones fueron la semilla de su decisión.
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Consciente de que su elección podría parecer inexplicable para muchos, Pablo se dirigió directamente a aquellos que "el mundo" no entendería. La estabilidad económica, la vida cómoda y los "ciertos lujos" que ahora deja atrás no eran suficientes si su corazón anhelaba algo más. "Yo me niego a conformarme", afirmó. Su valentía radica en elegir un camino que, aunque menos transitado, le promete una satisfacción que la fama no puede ofrecer. Es un recordatorio de que la felicidad no se encuentra en las posesiones, sino en el propósito.
La vocación de futuro sacerdote de Pablo no es una completa sorpresa si se observa su trayectoria más de cerca. En 2021, junto a sus amigos Gonzalo Perales y Miguel Jiménez, se embarcó en un proyecto humanitario para ayudar a personas sin hogar. En un tiempo récord, su iniciativa logró que al menos diez personas sin techo consiguieran empleo, demostrando un compromiso genuino con el servicio a los demás.
Además, su cuenta de Instagram está llena de momentos que revelan su profundo arraigo en la fe, desde su trabajo con personas necesitadas hasta su reciente participación en eventos religiosos de gran envergadura como el Jubileo de la Juventud en el Vaticano.
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Aunque se despide temporalmente de las redes, Pablo García continuará cumpliendo con sus compromisos profesionales hasta septiembre, para luego dedicarse por completo a su nueva vida. En su mensaje, pide a sus seguidores que oren por él, para que su entrega sea "entera" y su fe se mantenga firme incluso en los momentos difíciles. Con esta despedida, Pablo García no solo se retira de la vida pública, sino que deja un legado de inspiración, demostrando que seguir un llamado interior es, en sí mismo, la máxima expresión del éxito.