De modelo a monja: mujer cambió las pasarelas por una vida dedicada a Dios

Lo que comenzó como una carrera prometedora en el mundo del modelaje terminó por convertirse en una historia de transformación espiritual que ha conmovido a miles. Kamila Rodrigues Cardoso, una joven brasileña nacida en Patos de Minas, cambió los tacones y las coronas por el hábito religioso. Hoy, bajo el nombre de Hermana Eva, su testimonio resuena como un símbolo de fe, vocación y profundo compromiso con Dios.

Aunque su rostro era conocido en certámenes de belleza, su verdadera historia comienza mucho antes. La pérdida de su padre cuando apenas tenía nueve años fue un evento que marcó su vida para siempre. “Durante mi época como modelo, creí haber encontrado mi vocación. Pero la muerte de mi padre y la consciencia de su ausencia me sumieron en depresión y ansiedad”, confesó Kamila en una entrevista con el programa The Noite.

Aquella herida emocional sembró en ella una búsqueda interior que solo se intensificó con los años. A los 18, comenzó a frecuentar misas y a rezar el rosario. En uno de esos encuentros religiosos, todo cambió: “Vi en ella una luz muy intensa”, relató, al recordar la impresión que le dejó ver a una monja durante una homilía. Ese instante fue el punto de inflexión. Kamila decidió estudiar más profundamente la vida religiosa y eventualmente optó por ingresar al convento.

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Al tomar los hábitos, adoptó el nombre de Eva, en alusión a la figura bíblica. Actualmente, forma parte de la Congregación Sancta Dei Genitrix, una comunidad religiosa independiente guiada por el sacerdote ortodoxo José Ribamar R. Dias.

El giro radical en su vida no tardó en llamar la atención del público. Su fama en redes sociales explotó cuando se viralizó un video en el que se la veía vendiendo artículos religiosos en la calle. A pesar del enfoque mediático en su apariencia, ella ha dejado claro que su prioridad es otra. “Me han pedido matrimonio, salir con ellos, pero no funciona. Ser la esposa de Jesús es una de las vocaciones más hermosas”, afirmó.

Conocida en redes como la “monja modelo”, la hermana Eva no reniega de su pasado ni de su imagen. De hecho, asegura que cuida su apariencia, se maquilla y se arregla, pero todo con un propósito claro: “para ofrecer su mejor versión a Jesús”. Un mensaje que ha inspirado a miles y que rompe estereotipos sobre lo que significa hoy en día ser una mujer consagrada.

Su historia no solo ha traspasado fronteras geográficas, sino también emocionales. En una época donde las redes sociales suelen glorificar lo superficial, la historia de la hermana Eva demuestra que la belleza también puede ser un canal para la espiritualidad, la transformación y la entrega total.