¡Profundos cambios! Guillermo y Kate abandonan su antiguo hogar para cerrar una difícil etapa
Monarquía
La familia real británica atraviesa una etapa de cambios profundos y silenciosos movimientos internos.
Entre decisiones institucionales del rey Carlos III y tensiones históricas, el príncipe Guillermo y Kate Middleton han completado una mudanza estratégica que marca el cierre de uno de los periodos más complejos en su vida pública y privada: su traslado definitivo a Forest Lodge, una exclusiva propiedad ubicada a menos de seis kilómetros de su antiguo hogar en Windsor, Adelaide Cottage.
Según reportes de medios británicos como The Telegraph, la mudanza se concretó durante las vacaciones escolares de mitad de semestre de los tres hijos de los príncipes, adelantándose a lo inicialmente previsto. Forest Lodge una mansión georgiana con ocho dormitorios, seis baños, galería, salón de baile con lámparas de araña, estanque, pista de tenis y extensos jardines representa un salto significativo respecto a la sencillez de Adelaide Cottage, donde residían desde 2022.
La decisión se materializa en medio de un contexto convulso en la Casa de Windsor. El rey Carlos III ha intervenido directamente en la situación de su hermano Andrés, retirándole formalmente el título de príncipe y expulsándolo de su residencia en Windsor tras su implicación en la trama del pedófilo Jeffrey Epstein. Pese a que imágenes y correos electrónicos acreditan su cercanía con Epstein y con Virginia Giuffre quien lo denunció y publicó unas memorias póstumas antes de quitarse la vida en abril Andrés no ha reconocido los hechos. Aunque se ha señalado que Guillermo habría respaldado esta decisión del monarca, la pareja se ha mantenido al margen mediático.
Forest Lodge se convierte así en el nuevo eje de vida para los príncipes de Gales, quienes aspiran a que sea su residencia definitiva. Hasta que Andrés abandone Royal Lodge a solo dos kilómetros de distancia y se traslade a Sandringham en enero, serán vecinos temporales. Mientras tanto, se ha desplegado un refuerzo de seguridad alrededor de la propiedad, y el futuro rey asumió personalmente los costos de adquisición y remodelación, presentando solicitudes urbanísticas en junio para modificaciones internas y externas.
El cambio de residencia no solo responde a criterios de privacidad, seguridad y cercanía con la naturaleza, sino también a un componente emocional profundo. Adelaide Cottage, su hogar desde agosto de 2022, quedó marcada por una secuencia dolorosa: la muerte de la reina Isabel II apenas dos semanas después de su llegada, el diagnóstico de cáncer de Carlos III y, posteriormente, el anuncio público de que Kate también enfrentaba la enfermedad. Tras seis meses de tratamiento y la confirmación en 2025 de que su cáncer está en remisión, la princesa inicia una etapa de recuperación y estabilidad familiar.
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Ese periodo, según fuentes cercanas, es recordado por Guillermo como “una maldición”, lo que refuerza el simbolismo de este nuevo comienzo. Para agradecer el trabajo del personal y constructores que aceleraron la entrega de Forest Lodge, los príncipes ofrecieron una celebración privada en The York Club, exclusivo pub para miembros, empleados de la Corona y residentes. “La pareja simplemente quería dar las gracias, de una manera muy cariñosa, a todos los que han trabajado incansablemente para ayudar”, reveló al Daily Mail una fuente cercana.
Aunque su nueva vida ya está en marcha, el príncipe Guillermo no podrá disfrutar de los primeros días en la residencia: viajará a Brasil para asistir a los premios Earthshot 2025, galardones ambientales que fundó hace cinco años y que hoy son considerados los “Oscar de la sostenibilidad”.
El traslado a Forest Lodge simboliza una transición hacia un futuro más íntimo y moderno para los futuros reyes. De hecho, medios británicos apuntan a que, llegado el momento de su ascenso, Guillermo planea continuar viviendo allí, lo que lo convertiría en el primer monarca británico en no habitar un palacio o castillo como residencia oficial. Una decisión que, como esta mudanza, refleja una monarquía que busca adaptarse, sanar y evolucionar sin perder su esencia histórica.