Charlie Zaa es investigado por presunto lavado de activos y vínculos con el paramilitarismo
La Fiscalía General de la Nación investiga si el reconocido cantante de boleros actuó como testaferro del Bloque Tolima.
Charlie Zaa es clave en la investigación dirigida a una facción de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), en una red de lavado de activos mediante la compra de propiedades avaluadas en más de 25.000 millones de pesos. El caso involucra al fallecido paramilitar Diego José Martínez Goyeneche, conocido como alias Daniel, un hombre clave en la estructura criminal de las AUC.
El proceso judicial, abierto formalmente el pasado 5 de julio, llevó a la solicitud de medidas cautelares para ocupar varios bienes registrados a nombre del artista. Estos incluyen predios ubicados en Girardot, Ibagué, Tolima y Villavicencio, entre ellos el centro comercial Oasis y las discotecas Kapachos y Solaris, consideradas puntos estratégicos de la vida nocturna en dichas ciudades.
Según fuentes judiciales y testimonios recogidos por Semana y El Tiempo, los predios estarían ligados a operaciones de lavado de activos desarrolladas por alias Daniel, comandante paramilitar que se desmovilizó en 2005 en la hacienda Tao Tao (Ambalema, Tolima) como parte del proceso de Justicia y Paz. Se le conocía también como ‘Potecrema’, ‘Daniel Boom’ o ‘Sebastián’ y fue uno de los hombres de confianza de Carlos Castaño, máximo líder de las AUC.
“Daniel dijo que iba a comprar unos locales en un centro de Girardot. Es cuando Juan David me comenta que los locales estaban a nombre de Charlie Zaa. No sé qué haya pasado con el resto de la plata, porque no creo que los locales hayan costado 3.000 millones”, relató un exparamilitar involucrado en el caso, según citó la revista Semana.
Otro testimonio recogido por El Tiempo revela: “Un primo de Charlie Zaa visitaba al Comandante Daniel cada ocho días e iba a entregarle cuentas de la Discoteca Kapachos de Ibagué. Esto no solo lo sé yo, sino también todos los comandantes de estas propiedades que tenía Daniel con Charlie Zaa”.
Estas declaraciones fortalecen la hipótesis de que los bienes a nombre del cantante podrían haber sido adquiridos con dinero producto de actividades ilícitas del paramilitarismo. En caso de confirmarse los vínculos, los inmuebles pasarían a ser propiedad del Estado como parte de un proceso de extinción de dominio, con el objetivo de reparar a las víctimas del conflicto armado.
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Charlie Zaa responde: “Todo lo que tengo ha sido fruto de mi trabajo honesto”. Ante la magnitud de las acusaciones, Carlos Alberto Sánchez Ramírez, nombre real del artista, rompió el silencio con un comunicado difundido el 7 de julio a través de su cuenta de Instagram. Allí manifestó su disposición para colaborar con las autoridades, entregar las pruebas necesarias y reiterar su inocencia.
“Quiero decirles que estoy, como siempre, en total disposición de colaborar con las autoridades y entregar todas las pruebas necesarias para demostrar mi inocencia. Llevo más de 30 años dedicado a la música, construyendo mi carrera con mucho esfuerzo y sobre todo dedicación, gracias al cariño y apoyo de todos ustedes. Todo lo que tengo ha sido fruto de ese trabajo honesto y constante”, escribió el intérprete de “Flor sin retoño”.
En su comunicado, Zaa precisó que “esta es una investigación sobre bienes que hacen parte de nuestro patrimonio familiar y no contra mi persona directamente (…) Hago un llamado a mi derecho constitucional de presunción de inocencia, la cual permanecerá incólume hasta que se demuestre lo contrario”.
El cantante también anunció que continuará con la promoción de su más reciente álbum La historia continúa y que no cancelará ninguno de los conciertos programados. “Nos veremos en los siguientes conciertos”, concluyó.
El caso se desarrolla mientras la Fiscalía profundiza en los nexos históricos entre empresarios, políticos, comerciantes y las estructuras paramilitares que operaron en Tolima. Alias Daniel, fallecido en 2009 por envenenamiento con cianuro en su celda en la cárcel La Picota, dejó una serie de versiones dentro del proceso de Justicia y Paz que ahora cobran nueva relevancia.
De confirmarse la información revelada por los exparamilitares y ratificada por documentos financieros, la investigación contra Charlie Zaa se sumaría a la larga lista de civiles vinculados judicialmente con estructuras armadas que sembraron terror en Colombia durante décadas.
Mientras tanto, el artista insiste en que su patrimonio es fruto de más de tres décadas de trabajo honesto en los escenarios del continente. La justicia determinará si ese legado se mantiene intacto o si, por el contrario, quedó manchado por los rastros de un pasado violento que aún sacude a la sociedad colombiana.