Karol G deslumbra en la portada de Vogue: ‘No quiero ser tendencia, quiero ser trascendencia’

Karol G

Con su quinto álbum, Tropicoqueta, que ella misma definió en su momento como “el mejor álbum de toda mi carrera”, la intérprete de Medellín logra fusionar ambición, riesgo y autenticidad.

Karol G en la pasarela de Victoria's Secret / AFP

La colombiana Karol G se presenta como una artista que va más allá del éxito momentáneo: “Más que ser una artista de tendencia, tengo muy claro que quiero ser una artista de trascendencia”.

Todo comenzó con una lista que llevaba por título: “Voy a crear el mejor álbum de toda mi carrera”. En ella plasmó los géneros que deseaba explorar, los músicos con los que quería trabajar, los instrumentos en vivo que deseaba emplear, y los sentimientos que quería provocar: nostalgia, recuerdos, memorias. La meta era construir un mapa sonoro por toda América Latina: de la cumbia villera a la ranchera, pasando por vallenato, bachata, salsa; un archivo estético y melódico con canciones hechas con músicos reales, para saborear su latinidad.

Karol deja claro que “uno de mis retos más grandes era conectar generaciones. Quería que una mamá, una abuelita y una hija pudieran cantar algo que las representara a las tres.” Y añade: “Creo que, a mi forma de verlo y de percibirlo, se cumplió la meta. Se cumplió ese sueño.”

Aunque el disco se proyectó como una pieza dirigida a su comunidad latina, recibió también un público internacional que ella no anticipaba: “Cuando me llamaron de la NFL fue porque estaban enamorados del disco… A pesar de ser un disco inspirado en toda la música latina, fue una lucecita para un público internacional.”

La idea de trascendencia es clave en su discurso: “La tendencia crea un impacto momentáneo y viral, pero el día de mañana cómo vas a ser recordado, me preocupa más. Y eso fue una motivación muy grande para hacer el disco que hice.” Más que crear hits efímeros, Karol busca resonar décadas por venir: “Quería hacer música que sonara atemporal y que cuando la gente la escuchara, ya sea hoy o dentro de 20 años, sonara fresca.” Y aclara: “Lo único que te queda es acordarte de tus propias intenciones, ‘¿Por qué hice este disco?’ Y esa tiene que ser siempre la verdad.”

En su proceso creativo, Karol también reflexiona sobre el idioma y la autenticidad: aunque ha recibido numerosas propuestas en inglés, subraya que “Para mí todo, se debe sentir que es algo que me nace del corazón”. Su canción “Papasito”, parte en inglés, nació primero en español. “Pensaba que si algún día iba a sacar una canción en inglés, tenía que sonar a Karol G… La traducción en inglés la hice por completo yo.” Lo que la artista celebra es que el mundo la conozca “con mi idioma nativo, con la música que me representa.”

Y surge la pregunta: ¿qué es “Tropicoqueta”? Para ella, es una palabra que evoca su verano interior, su sabor, su orgullo colombiano: “Yo me siento ultracolombiana… Pero la palabra tropicoqueta para mí expresa esa alegría que yo llevo a pesar de que a veces no esté del todo bien el caos o la crisis.” Conectada con instrumentos en vivo, el color naranja, amaneceres y atardeceres: se transforma en su alter ego artístico.

El álbum se convirtió en una “escuela” que Karol nunca había tenido. Más de 10 años trabajando junto a su productor de planta, pero en este proyecto sumó instrumentos en vivo, decenas de músicos y una sensibilidad musical que la desafió. “Mi inteligencia emocional hacia la música creció muchísimo con este disco … todo lo que vaya a venir de mí de ahora en adelante va a ser todavía más profundo.” Una canción en particular le resultó retadora: “Ese Hombre Es Malo. La inspiración era Juan Gabriel con sinfónica y mariachi. Fue una locura, lo hicimos en vivo y en directo con los instrumentos en Guadalajara… Sentí que me había realizado como artista.”

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El camino hacia Tropicoqueta empezó tras el éxito de Mañana Será Bonito, que le valió su primer Grammy y una gira de estadios multitudinaria. Ella confiesa que tras ese éxito sintió “mucha presión sobre cómo iba a superar un disco tan personal”. Durante los primeros meses tras la gira estuvo “en un caos interior horrible porque no sabía por dónde empezar”. Pero ya llevaba “una intención de querer hacer esa música latina que a mí me gustaba escuchar”. Y sentencia: “Si voy a empezar un proyecto partiendo de qué voy a hacer para superar el anterior… no siento que vaya a representarme porque no tiene mi alma, mi corazón.”

Para Karol G, el poder femenino es esencial. “Las mujeres tenemos una energía superpoderosa que ha sido un poquito aplacada y disminuida… Me tuve que olvidar de eso y poner un bloqueo entre lo que la gente pensaba y opinaba versus lo que yo creía que podía conseguir. No hay nada más poderoso que uno mismo creerse algo.” Su mensaje es claro: “Las mujeres latinas se sientan poderosas y vistas.”

Hoy, la artista lo reconoce: “A veces sí, a veces no (me detengo a pensar en lo que estoy logrando)… Esta pregunta que tú me haces hoy me regala un poquito esos momentos de acordarme todo lo que me ha costado lograr.” Y, aunque tiene en mente la actuación, “me encantaría ser la mala, la villana” el instante pertenece a esta nueva etapa: Tropicoqueta, su latinidad, su legado.

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