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La acción oportuna de la oficial no solo salvó la vida de la menor, sino que encendió una chispa de esperanza para su futuro.
El dramático rescate ocurrió tras la denuncia de un ciudadano que, alarmado, se acercó a la patrullera Ana, quien patrullaba la zona. “Cuando un ciudadano se nos acerca y manifiesta que encontró dentro de un bote de basura a una bebé recién nacida, tuvimos que actuar de inmediato”, narró la oficial.
Al llegar al lugar, Ana encontró a la bebé sobre los desechos. “Cuando yo la cargué, empezó a llorar y sentí que estaba viva. De inmediato la trasladamos en la moto a recibir atención médica”, detalló la policía, visiblemente emocionada.
La recién nacida, que apenas tenía hora y media de vida al momento del hallazgo, fue llevada a un centro médico, donde los doctores confirmaron que se encontraba en buen estado de salud. Para Ana, este encuentro fue más que una simple misión policial. Conmovida por la experiencia, expresó su deseo de convertirse en madre de la pequeña.
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“Me gustaría que su nombre fuera Ana Lucía. Ana, por mi nombre, y Lucía, porque es el de mi compañera que estuvo aquí apoyándome, y porque significa luz, esperanza para todo”, confesó la patrullera, reflejando la conexión especial que ha desarrollado con la bebé.
El informe policial reveló que la madre de la menor es una joven de 15 años que dio a luz en su hogar y, en un acto desesperado, decidió abandonar a la niña. Las autoridades están evaluando si la bebé será puesta en adopción o quedará bajo la custodia de sus abuelos maternos.
Mientras tanto, Ana no ha dejado de visitar a la niña en el hospital, pendiente de su recuperación y del desenlace de su proceso legal. “La verdad, deseo adoptar a la bebé. Es una luz y una esperanza para todos”, reiteró la agente, quien ha conmovido a colegas y ciudadanos con su historia.
Este caso pone en evidencia una preocupante realidad en la capital. Según datos de la Policía Metropolitana, en lo que va del año se han rescatado 91 menores en situaciones de riesgo y 201 niños han sido recuperados tras ser abandonados. Estas cifras alarmantes reflejan la necesidad de fortalecer las medidas de protección y apoyo a madres vulnerables.
Ana, quien representa a tantos héroes silenciosos de la fuerza pública, nos recuerda que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay lugar para la humanidad y la esperanza. La historia de la pequeña Ana Lucía, como espera llamarla su posible madre adoptiva, es un testimonio vivo de ello.