Estar sin amigos: lo que dice la psicología sobre la soledad y sus efectos
En un mundo cada vez más conectado digitalmente, resulta paradójico que muchas personas estén eligiendo la soledad frente a la compañía de amigos.
No se trata de un fenómeno aislado ni reciente: tanto en Japón como en Estados Unidos y otras partes del mundo, la disminución de los vínculos sociales se ha convertido en una tendencia cultural y psicológica con efectos que aún se siguen estudiando.
En Japón, la soledad ha pasado de ser un motivo de vergüenza a convertirse en un movimiento social. Lo que antes llevaba a muchos a esconderse para comer solos como relataba la BBC en 2020 ahora es una tendencia con nombre propio: ohitorisama, que significa “fiesta de uno”. Restaurantes, hoteles e incluso karaokes han comenzado a adaptarse para recibir a clientes que prefieren disfrutar sin compañía.
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La tendencia no se limita al país asiático. Según la American Perspectives Survey (2021), casi la mitad de los adultos en Estados Unidos dijo tener tres o menos amigos cercanos. Entre los jóvenes, un preocupante 27% afirmó no tener amigos íntimos, y un 22% reconoció no contar con ninguno. Otras investigaciones, como la de la Associated Press, muestran que un 18% de los encuestados tiene apenas una persona o menos fuera de su hogar a quien acudir en caso de necesidad.
La respuesta depende de la relación que cada persona tenga con la soledad. La psicóloga Kendra Cherry, en el medio especializado Very Well Mind, explica: “Si bien la amistad puede tener beneficios, podrías sentir que no necesitas amigos. El efecto que esto tiene en tu vida y salud depende en gran medida de cómo te sientas al respecto. Si estás aislado y anhelas conexiones sociales, es probable que la soledad tenga un impacto negativo en tu bienestar”.
Cherry añade que, aunque algunos encuentran apoyo en su pareja o familia, es importante evaluar periódicamente si esas conexiones son suficientes.
La psicología identifica varias causas comunes detrás de la elección de estar solos:
- Personalidad introvertida: los introvertidos suelen necesitar tiempo en solitario para recuperar energía después de socializar. Esto no significa falta de interés en los demás, sino una inclinación natural hacia el aislamiento temporal.
- Miedo a ser herido: experiencias pasadas de traición o rupturas de amistades pueden generar desconfianza y hacer que algunas personas eviten crear nuevos lazos.
- Red familiar suficiente: quienes encuentran apoyo emocional en su familia a menudo no sienten la necesidad de ampliar su círculo social.
- Falta de tiempo: las responsabilidades laborales y académicas pueden limitar las oportunidades de cultivar amistades.
Aunque la soledad elegida puede ser positiva y hasta creativa, los psicólogos advierten que las amistades cumplen un rol fundamental en el bienestar mental. Contar con amigos significa tener apoyo emocional, validación de nuestras experiencias y una herramienta poderosa para manejar el estrés.
Diversos estudios han demostrado que quienes poseen una red de apoyo sólida tienen menor riesgo de desarrollar ansiedad o depresión, lo que convierte a la amistad en un factor protector de la salud emocional.
La psicología distingue entre disfrutar de la soledad y caer en un aislamiento perjudicial. Mientras que dedicar tiempo a uno mismo puede ser enriquecedor, desconectarse por completo de los vínculos sociales puede traer consecuencias negativas para la mente y las emociones.
En última instancia, la clave está en encontrar el equilibrio: respetar la necesidad de espacio personal sin perder de vista la importancia de las relaciones que nos sostienen y enriquecen.