Los cuadros de Monet y Picasso cobran vida gracias a la realidad aumentada
Gracias a un nueva tecnología de realidad aumentada, los cuadros más conocidos del museo Albertina de Viena cobran vida y ofrecen a los visitantes una inmersión pedagógica.
"A veces hay que buscar formas originales de mostrar los clásicos de una manera menos convencional y lúdica", afirmó este martes Klaus Albrecht Schröder, director del gran museo vienés, que presentó su nueva oferta digital.
Gracias a una aplicación gratuita para móviles, una serie de animaciones de audio y vídeo permite explorar un total de 13 lienzos de diversos pintores. Basta con apuntar con el teléfono sobre el cuadro para activar la animación, de 45 segundos de duración.
De esta forma, el visitante ve nacer en la pantalla de su móvil el dibujo de las bailarinas de Degas; un velero pintado por Picasso navega entre las olas; los puntos usados por Signac para representar Venecia van apareciendo progresivamente; y el lienzo del jardín de Claude Monet de Giverny, cerca de París, se superpone a una foto del lugar.
Las animaciones vienen acompañadas de un comentario en audio disponible en inglés y en alemán, y próximamente también en español, francés, italiano y chino.
El museo propondrá en breve una veintena de obras, elegidas entre las más conocidas de la institución, para redescubrirlas en realidad aumentada.
Esta tecnología, que permite insertar en tiempo real un elemento virtual dentro de una imagen real, se está desarrollando a gran velocidad dentro de las instituciones culturales, especialmente con el fin de hacer revivir escenas históricas, sitios del patrimonio o animar objetos del pasado.
Pero es la primera vez que la realidad aumentada se aplica a cuadros de grandes maestros de la colección permanente de un museo europeo, aseguró Sergiu Ardelean, uno de los fundadores de Artivive, la empresa emergente vienesa que ha desarrollado la aplicación.
"Podemos suponer que, en el futuro, esta tecnología sustituirá a la audioguía", afirmó el director del Albertina, museo conocido por sus fondos de arte gráfico y por su Colección Batliner, que incluye numerosas obras de Monet, Cézanne, Miró, Klee, Kandinsky y Malévich.