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Ver series en pareja no solo refuerza el vínculo afectivo, sino que también mejora la comunicación, reduce el estrés y fortalece la complicidad, de acuerdo con diversas investigaciones científicas recientes.
El estudio más citado en este campo fue publicado por el Journal of Social and Personal Relationships, donde se concluye que las parejas que ven contenido audiovisual juntas tienden a sentirse más conectadas emocionalmente, especialmente cuando no comparten un grupo de amigos en común. Esta actividad genera una experiencia simbólica compartida que funciona como una narrativa emocional conjunta.
“Sumergirse en un universo ficticio compartido puede generar una cercanía emocional similar a la de vivir una experiencia real”, señala la investigación. La construcción de historias y la identificación con personajes permite que las parejas desarrollen una especie de código emocional privado, fortaleciendo la intimidad y la sensación de pertenencia.
Otra encuesta destacada, realizada por Propeller Insights en colaboración con Xfinity, revela que el 66% de los encuestados considera que ver series en pareja ha fortalecido significativamente su relación. Esta percepción se mantuvo constante en distintas franjas de edad y contextos culturales, lo cual indica que se trata de un fenómeno amplio y relevante para la dinámica afectiva.
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Desde la perspectiva de la psicología de pareja, los rituales compartidos, por sencillos que parezcan, tienen un impacto estructural en las relaciones. Actividades como ver una serie juntos contribuyen a establecer rutinas emocionales, lo cual es clave para mantener la estabilidad del vínculo.
“Ver juntos una serie permite generar espacios de conversación que en otros contextos podrían no darse. Debatir sobre tramas o personajes ayuda a identificar valores comunes o divergentes, y mejora la comprensión mutua”, explican los investigadores.
Además, compartir contenido de manera regular fortalece la confianza y el sentido de compromiso. El respeto por ese tiempo conjunto, la toma de decisiones compartidas sobre qué ver, y la atención mutua durante la actividad, son prácticas que reflejan y consolidan el respeto recíproco.
Una de las conclusiones más significativas del estudio es que las historias vistas en pareja se convierten, con el tiempo, en parte del lenguaje íntimo de la relación. Una escena, una frase o una situación de ficción pueden generar referencias internas que solo los miembros de esa pareja comprenden.
Los especialistas indican que incluso las experiencias difíciles pueden resignificarse cuando se encuentran reflejadas en alguna narrativa audiovisual. Esto facilita el diálogo sobre emociones complejas, permitiendo que se transformen en aprendizaje mutuo.
Además, esta práctica puede funcionar como un regulador emocional. Muchas parejas, al finalizar una jornada laboral estresante, encuentran en esta rutina una forma efectiva de reconectar, relajarse y proteger el vínculo emocional.
Para que esta actividad tenga un impacto positivo en la relación, los expertos en relaciones de pareja ofrecen una serie de recomendaciones:
Para quienes no se sienten especialmente atraídos por el hábito de ver televisión, pueden encontrarse puntos intermedios: desde documentales breves hasta películas clásicas. Lo esencial es que se trate de una actividad valorada por ambos y que funcione como un espacio de encuentro emocional.