Se agudiza la tensión militar en las dos Coreas
La tensión en la frontera intercoreana subió hoy otro peldaño después de que Seúl y Pyongyang reanudaran, dos días después del ensayo atómico norcoreano, sus respectivas emisiones propagandísticas, algo que ha generado previamente choques militares entre los dos países.
Los primeros en iniciar esta particular "batalla de altavoces" a través de la DMZ (siglas de "zona desmilitarizada", la demarcación que separa las dos Estados) fueron las fuerzas surcoreanas, que han prometido una "respuesta inmediata" si Corea del Norte ataca los aparatos que emiten los mensajes, tal y como hizo el pasado agosto.
En este sentido, fuentes militares han asegurado que Seúl tiene desplegados misiles tácticos y cañones móviles de artillería K-9 Thunder en la zona.
Cuando el pasado verano Corea del Sur decidió activar -por primera vez en 11 años- estos parlantes en respuesta a un supuesto ataque norcoreano con minas antipersona, ambos países, que técnicamente permanecen en guerra desde hace más de 65 años, acabaron intercambiando fuego de artillería a través de la frontera.
Solo un acuerdo alcanzado el 25 de agosto tras una negociación maratoniana logró desactivar entonces el nerviosismo que se respiraba en la península.
Esta vez, la decisión de Seúl pretende replicar lo que considera una "clara violación" de dicho convenio; el ensayo nuclear que Pyongyang ejecutó el miércoles y en el que aseguró haber detonado por primera vez una bomba termonuclear.
Para añadir más tensión si cabe, la reactivación de los altavoces se produce en el día del cumpleaños de Kim Jong-un, líder del régimen norcoreano, autoridad que abandera un culto extremo a sus caudillos y acostumbra a responder en tono beligerante a las críticas o burlas dirigidas hacia ellos.
También se produce en un momento en el que el ejército norcoreano se encuentra reforzando posiciones en varios puntos fronterizos con motivo de sus maniobras invernales.
Tal y como Seúl anunció en la víspera, los puestos surcoreanos de vigilancia situados cerca de la verja que marca el inicio de la DMZ activaron al mediodía sus torres de sonido.
La decena de estructuras -de unos seis metros de alto y tres de ancho y provistas de 24 megáfonos cada una- que Corea del Sur tiene desplegados en la divisoria comenzaron así a lanzar mensajes en contra del régimen Juché o alabanzas a los logros nacionales de Corea del Sur.
También canciones de pop surcoreano como "Oppa na chuwo" ("Cariño, tengo frío"), de la rapera Rimi, un aparente recordatorio (hoy se prevén en la frontera mínimas de 10 grados bajo cero) sobre la precariedades que padecen los norcoreanos cada invierno.
Estos mensajes se escuchan bastante más allá de los primeros puestos de vigilancia norcoreanos, situados a tan solo dos kilómetros de los altavoces, y de noche pueden resultar audibles en puntos situados a unos 25 kilómetros de la frontera.
Con el objetivo de interferir dichas comunicaciones, el ejército norcoreano comenzó a realizar sus propias emisiones propagandísticas pocas horas después de que el Sur encendiera sus torres de sonido.
Mientras, hoy afloraron nuevas dudas en relación a la prueba nuclear que Pyongyang realizó el miércoles y en la que aseguró haber detonado su primera bomba H, un extremo del que recelan la mayoría de analistas.
Las últimas imágenes por satélite tomadas del Centro de Ensayos Nucleares de Punggye-ri publicadas hoy no muestran señales de que se haya registrado la explosión termonuclear de la que presume el régimen de los Kim.
En cualquier caso, las fotografías ofrecen aún menos información en comparación con las tres anteriores pruebas norcoreanas de 2006, 2009 y 2013.
Esto hace pensar que Pyongyang ha aprendido a camuflar mejor sus operaciones para esquivar la vigilancia de los servicios de espionaje y generar de paso más confusión en la comunidad internacional con respecto al verdadero nivel de su arsenal.