La Cachemira india pierde oficialmente su estatus especial 72 años después
La Cachemira india perdió este jueves oficialmente, 72 años después de obtenerlo, su estatus especial de semiautonomía con la desaparición del estado y su división en dos territorios, que serán administrados directamente por Nueva Delhi.
Se hace así efectiva la nueva Ley de Reorganización, aprobada en agosto tras la suspensión por sorpresa del estatus de la región, que organizaciones opositoras de Cachemira trataron de frenar infructuosamente hasta el último momento con un llamamiento al Ejecutivo para que archivara su plan y mantuviera su condición de estado.
"La unidad en la diversidad es nuestro orgullo y nuestra identidad" como indios, y a partir de ahora habrá una "cooperación federal real" entre Cachemira y el resto del país, afirmó hoy en un discurso el primer ministro indio, Narendra Modi.
El mandatario quiso hacer coincidir el fin oficial del estatus de Cachemira con el 144º aniversario del nacimiento de Sardar Patel, uno de los padres fundadores de la India y artífice de la integración en un solo país de los más de 500 estados principescos que había en el subcontinente tras la marcha de los británicos en 1947.
Así, el mandatario se trasladó hasta el estado occidental de Gujarat y ante la estatua más grande del mundo -de 182 metros de altura- dedicada a Patel, que él mismo inauguró el año pasado, le dedicó su "movimiento gubernamental" de unidad del país.
El estado semiautónomo de Cachemira se constituye oficialmente así en dos Territorios de la Unión, Jammu y Cachemira, y Ladakh, que serán administrados directamente desde la capital, abriendo "un nuevo capítulo" para la región del Himalaya.
Los dos nuevos territorios "han entrado en un brillante futuro", sentenció Modi, quien fundamentó la decisión de su Ejecutivo de acabar con el estatus especial de Cachemira en la necesidad de llevar el desarrollo a la región, atrasada económicamente porque su estatus especial supuestamente impedía la inversión desde otras partes del país.
Desde Cachemira, sin embargo, ven la medida impulsada por el Gobierno indio, del partido nacionalista hindú BJP, como un intentó de cambiar la demografía de esta región de mayoría musulmana, al permitirse ahora que no cachemires se asienten en la región.
Un abogado cachemir, que se identificó como Ashraf, criticó en declaraciones a Efe que, como miembro de la ONU, la India "no cumpla con las resoluciones aprobadas en el Consejo de Seguridad sobre Cachemira" y recalcó que la situación actual "es un fracaso" para ese organismo.
Ashraf se refirió a la resolución de 1948 que recogía que el futuro de la región debían decidirlo sus habitantes a través de un plebiscito, previa retirada de Pakistán de la parte de Cachemira que controla, y no de manera unilateral desde Nueva Delhi, como ocurrió en agosto con la aprobación del Parlamento central.
En Srinagar, la capital veraniega del extinto estado, Abdul Samad explicó delante de su tienda clausurada, al igual que muchas otras por el cierre patronal espontáneo que se mantiene desde agosto, que se trata de una "protesta silenciosa" contra una decisión que ven "como la forma más antidemocrática" de robarles lo que la historia les había dado.
El profesor universitario Zahoor Ahmad, que caminaba junto a su hijo, aseguró también a Efe que sienten "miedo" por el "despliegue de un gran número de hombres uniformados en cada esquina y rincón" y que por eso están en silencio, lo que no significa que hayan "aceptado la situación".
"Nueva Delhi quiere controlar Cachemira a su manera para acallar nuestras voces, (pero) ¿por cuánto tiempo pueden ser retenidas como rehenes millones de personas?", se preguntó.
Por su parte, el analista cachemir Raashid Maqbool calificó la partición de una "traición promulgada mientras la población permanece sitiada".
Pese a las quejas de los lugareños y a las apelaciones pendientes de resolución por la Corte Suprema, este jueves juraron sus cargos Girish Chandra Murmu como gobernador de Jammu y Cachemira y Radha Krishna Mathur como el de Ladakh.
Según la ley, Delhi se hará cargo de la policía y del mantenimiento del orden en ambos territorios, aunque el de Jammu y Cachemira tendrá su propia cámara legislativa, al igual que el territorio de la unión de Pondicherry, en el sur del país.
Ello, pese a que tras la abrogación del artículo constitucional el pasado 5 de agosto el ministro del Interior indio, Amit Shah, aseguró que Cachemira recuperaría su estatus de estado, aunque sin el régimen autonómico, cuando volviese la normalidad.
La derogación del precepto constitucional llegó acompañada de un bloqueo a las comunicaciones telefónicas y de internet en Cachemira y de restricciones a los derechos de reunión y libre circulación, que paulatinamente están siendo levantadas.
El Ejecutivo indio también practicó miles de detenciones, en particular de numerosos líderes políticos locales, que siguen encarcelados.