Con velas encendidas exigen justicia por los muertos en las protestas en Nicaragua
Centenares de velas fueron encendidas hoy en el décimo día de protestas en Nicaragua para pedir justicia por más de una treintena de muertos que dejaron los enfrentamientos violentos, y exigir al presidente Daniel Ortega y a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, que dejen el poder.
Los denominados "Auto Convocados" se reunieron en las afueras del edificio de la Universidad Centroamericana (UCA), en Managua, para marchar por más de dos kilómetros hasta la salida sur de esta capital en donde elevaron las banderas de Nicaragua y gritaban "justicia".
Conductores de vehículos que pasaban por el lugar sonaban las bocinas o levantaban las manos en señal de apoyo al centenar de manifestantes.
Donde estaban dos árboles de la vida, que en días anteriores fueron cortados, derribados e incendiados por los mismos manifestantes, fueron colocados altares con imágenes religiosas para que las personas pudieran hacer sus plegarias, colocar velas o flores.
Asimismo, se colocaron cruces con un lazo negro por cada estudiante fallecido la semana pasada en las protestas violentas.
La violencia en Nicaragua se ha cobrado ya al menos la vida de 38 personas, en su mayoría estudiantes, y otras 48 permanecen desaparecidas, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), mientras que otras organizaciones humanitarias incrementan esta cifra hasta las 63 víctimas.
Las protestas comenzaron el pasado 18 de abril por unas fallidas reformas a la seguridad social que aumentaba la cotización de los trabajadores y de las empresas, y obligaba a los jubilados a aportar un 5 por ciento de la pensión en concepto de cobertura de enfermedades, entre otros cambios.
Ortega reconoció el pasado domingo, día que derogó esas reformas, que esas medidas sirvieron como "detonante para que se iniciara esta situación".
A pesar de que los enfrentamientos disminuyeron el lunes pasado, ahora la población continúa exigiendo en las calles, de forma pacífica, la renuncia de Ortega y Murillo porque los consideran represivos, corruptos, violadores de los derechos humanos y de las libertades públicas, entre otros.