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Papa pide a bosnios que trabajen por la paz, reconciliación

Papa Francisco
Papa Francisco / AP
06 de junio 2015 - 14:20

El papa Francisco presenció los horrores de la guerra fratricida de Bosnia en los años 90 y su lento proceso de recuperación durante una visita de un día a Sarajevo, e instó a musulmanes, ortodoxos y católicos a dejar la "barbarie" del pasado y trabajar por un futuro pacífico.

El pontífice recibió el sábado una calurosa bienvenida de miles de bosnios que se alinearon al paso de su caravana rumbo a la ciudad de 300.000 habitantes de mayoría musulmana. Otras 65.000 personas, en su mayoría católicos, atestaron el mismo estadio de Sarajevo donde el entonces papa Juan Pablo II ofició una misa de reconciliación de posguerra en 1997.

El momento más emotivo de la jornada tuvo lugar cuando dos sacerdotes y una religiosa relataron sus experiencias de secuestro, tortura y hambruna a manos de musulmanes y ortodoxos durante la guerra, y amenazas de muerte. Francisco se inclinó delante de uno de ellos y les pidió su bendición.

En declaraciones no preparadas, Francisco dijo a un grupo de sacerdotes y monjas en la catedral de Sarajevo que no debían olvidar nunca la crueldad infligida a sus correligionarios, no para vengarse, sino para demostrar el poder del perdón y la naturaleza sanadora del amor de Dios.

"En vuestra sangre, en vuestra vocación, está la sangre de estos tres mártires", afirmó Francisco visiblemente conmovido. "Piensen en lo mucho que sufrieron, y vivan una vida digna de la cruz de Jesucristo".

Fue un recordatorio de la firmeza de la fe de sus antepasados en Bosnia, desde donde los católicos se están yendo a Croacia y otros países de Europa.

Sarajevo fue conocida en el pasado como la "Jerusalén europea" por la coexistencia pacífica de cristianos, musulmanes y judíos. Pero se convirtió en sinónimo de enemistad religiosa durante el conflicto de 1992-95 que dejó 100.000 muertos y desplazó la mitad de la población.

Bosnios musulmanes, croatas católicos y serbios ortodoxos libraron una guerra después que se desintegró Yugoslavia. Un acuerdo de paz mediado por Estados Unidos confirmó la independencia de Bosnia pero dividió el país en sectores étnicos.

Casi todas las actividades de Francisco estuvieron destinadas a manifestar la armonía entre religiones y etnias que ha mejorado en las dos últimas décadas: niños ataviados con trajes que representan las tres principales religiones en Bosnia lo recibieron en el aeropuerto, carpinteros musulmanes construyeron el trono de madera en el que se sentó durante la misa, y un criador católico suministró las palomas blancas que los tres presidentes de Bosnia y el pontífice dejaron en libertad en signo de paz al término de su reunión.

"¡Nunca más la guerra!", dijo Francisco en su homilía denunciando a los que incitan conflictos para vender armas o fomentar deliberadamente tensiones entre pueblos de diferentes culturas. Hizo un llamamiento a los bosnios para trabajar por la paz a diario — no solo pedirla — a través de sus "acciones, actitudes y actos de bondad, de fraternidad, de diálogo, de misericordia".

El brillante sol que presidió la misa del sábado contrastaba con la rara tormenta de nieve que recibió a Juan Pablo II durante su homilía de 1997, que fue también la primera vez que muchos croatas volvían a Sarajevo desde la guerra.

Antes el sábado, el pontífice bajó de su avión de Alitalia en el principal aeropuerto de Sarajevo, donde fue recibido por el miembro croata de la presidencia tripartita de Bosnia, Dragan Covic, y el cardenal bosnio Vinko Puljic.

Sarajevo es "una ciudad que ha sufrido mucho a lo largo de la historia. Pero ahora está caminando por la senda de la paz", dijo el papa durante el vuelo desde la capital italiana. "Hago este viaje como un signo de paz y como una oración para la paz".

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