EEUU quiere nuevas armas nucleares ante el avance de Rusia
Estados Unidos quiere modernizar su arsenal nuclear y desarrollar nuevas bombas atómicas de baja potencia, en gran medida en respuesta a las acciones rusas de los últimos años, dijo el Pentágono en un documento divulgado el viernes.
La denominada "Revisión de la Postura Nuclear" presenta las ambiciones nucleares del Pentágono bajo el mandato del presidente Donald Trump y es la primera vez desde 2010 que el Departamento de Defensa estadounidense explica cómo prevé las amenazas nucleares en las próximas décadas.
La nueva estrategia marca un cambio con relación a la visión del futuro atómico de Estados Unidos bajo Barack Obama, quien durante un famoso discurso en Praga en 2009 pidió la eliminación de las armas nucleares.
Si bien el documento subraya las preocupaciones de Washington sobre Corea del Norte, Irán y China, el enfoque recae principalmente en Rusia.
"Esta es una respuesta a la expansión de la capacidad rusa y a la naturaleza de su estrategia y doctrina", escribió el secretario de Defensa Jim Mattis en el prefacio del texto de 75 páginas.
"Esto, sumado a la toma de Crimea por parte de Rusia y las amenazas nucleares contra nuestros aliados, marcan el regreso decidido de Moscú a la competencia de las grandes potencias", añadió.
El Pentágono teme que Rusia suponga que las armas de alta potencia de Estados Unidos son, en esencia, demasiado grandes para ser detonadas, ya que su uso probablemente resultaría en represalias a gran escala y eliminaría del mapa a gran parte de la humanidad.
"Hay fuertes indicios de que los rusos perciben nuestra postura y capacidades estratégicas actuales como potencialmente inadecuadas para disuadirlos", dijo a periodistas Greg Weaver, subdirector de capacidades estratégicas para el Estado Mayor militar.
Según este responsable, Estados Unidos y la OTAN necesitan una gama más amplia de opciones nucleares de baja potencia para disuadir a Rusia en caso de conflicto.
"Percepciones erróneas"
El documento, cuya versión anterior se filtró el mes pasado, dice que al tener más armas nucleares más pequeñas, el Pentágono puede contrarrestar las "percepciones erróneas" de los adversarios de que Estados Unidos no respondería a otro país utilizando su propia bomba de baja potencia.
La nueva estrategia busca continuar el programa de modernización nuclear ordenado por Obama, que abarca todos los pilares de la "tríada": armas balísticas intercontinentales terrestres, cohetes lanzados desde submarinos y bombas lanzadas desde aviones.
Pero a diferencia de la estrategia de Obama, que buscaba reducir el papel de las armas nucleares, la nueva política las ve de manera positiva.
Las armas nucleares de bajo rendimiento, también conocidas como armas nucleares "tácticas", son extremadamente poderosas y pueden contener tanto impacto destructivo como las bombas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki al final de la Segunda Guerra Mundial.
Estados Unidos ya tiene un enorme arsenal nuclear a su disposición, que incluye 150 armas nucleares B-61 almacenadas en varios países europeos, que pueden configurarse para operaciones cuyos objetivos puedan ser alcanzados con bombas de baja potencia.
Las nuevas armas previstas por el Pentágono serían lanzadas desde submarinos o barcos, por lo que no necesitarían almacenarse en Europa.
Además, también podrían sortear las defensas aéreas rusas más fácilmente.
Peligro de proliferación
Las bombas no se sumarían al arsenal nuclear estadounidense, en cambio, reutilizarían cabezas nucleares existentes.
Pero los críticos dicen que con este armamento, el Pentágono iría en contra del espíritu de los acuerdos de no proliferación.
"Estamos en la cúspide de una nueva era de proliferación nuclear", advirtió Barry Blechman, cofundador del Centro Stimson, un grupo de expertos en Washington no partidista y contrario a la proliferación nuclear.
"Este es el gran peligro planteado por esta revisión", apuntó.
Weaver desestimó reportes periodísticos de que esta "Revisión de la Postura Nuclear" reduce el umbral para que Estados Unidos use armas nucleares.
"El objetivo de estas capacidades es hacer más creíble la respuesta de Estados Unidos al uso de armas nucleares, no hacer más probable que Estados Unidos las use primero", dijo.