La oposición india se moviliza contra la polémica ley de ciudadanía
La oposición india salió este sábado a la calle en varias ciudades del país para protestar contra una polémica enmienda legal que busca dar la ciudadanía a inmigrantes pero excluye a los musulmanes, en medio de una ola de protestas en las últimas semanas que han dejado 25 muertos.
El histórico Partido del Congreso de la dinastía Nehru-Gandhi protestó en ciudades como Guwahati, en el noreste, o Bombay, en el oeste, donde hubo nuevas manifestaciones que han estado lideradas sobre todo por la sociedad civil y en las que las mujeres están en primera línea.
"El manejo de la situación del (gobernante) Bharatiya Janata Party es completamente erróneo. Si el público quiere demostrar lo que siente de forma pacífica, entonces no hay necesidad de recurrir a la violencia o dispararle", dijo uno de los líderes del Congreso, Rahul Gandhi, en un concurrido acto político en el estado de Assam.
En esa región, como en el resto de estados del noreste, se han registrado manifestaciones contra una enmienda a la Ley de Ciudadanía aprobada por el Parlamento el pasado 11 de diciembre.
El texto busca dar la nacionalidad a inmigrantes irregulares de Afganistán, Pakistán y Bangladesh pertenecientes a las religiones hindú, sij, budista, jain, parsi y cristiana. Según sus críticos, excluye a los musulmanes y es contraria a los fundamentos laicos de la India.
En el noreste de la India, donde se han producido al menos 4 de las 25 muertes en las protestas, las razones para manifestarse son otras: la población teme que la enmienda abrirá las puertas a una llegada masiva de inmigrantes (sin importar su religión) que pondrá en peligro la identidad de la región.
Ciudades como Bombay, la capital financiera del país, Thiruvananthapuram (sur) o Chennai (sur) fueron escenario igualmente de protestas.El Gobierno defiende que el texto es necesario para regularizar la situación de los inmigrantes de países vecinos pertenecientes a minorías religiosas.
La enmienda legal ha despertado el temor entre los musulmanes de la India, casi 200 millones de personas, de ser tratados como ciudadanos de segunda clase.
A ella se añade la intención declarada del Ejecutivo de llevar a cabo un censo para identificar a los habitantes legales en el país asiático, similar al realizado en agosto en Assam y que excluyó a más de dos millones de personas.
El primer ministro, Narendra Modi, defendió la semana pasada que no hay ningún vínculo entre las dos y que el Registro Nacional de Ciudadanos no ha sido aún debatido.