La búsqueda del avión chileno se detendrá unos días por mal tiempo en la Antártida
Las labores de búsqueda del avión militar chileno que cayó la semana pasada al mar cuando se dirigía a la Antártida con 38 personas a bordo se suspenderán unos días a partir del jueves dadas las "extremas" condiciones climáticas de la zona, informó este martes la Fuerza Aérea de Chile (FACh).
"Hay un tren de bajas presiones que hacen presumible pensar que el jueves al mediodía podamos tener un aumento sostenido del viento, mayor a 30 nudos, con altura de olas subiendo de 4 a 6 metros de altura y visibilidad que haría inmanejable el trabajo con naves a baja altura", explicó el contraalmirante Ronald Baasch.
Los buques que están participando en la búsqueda aprovecharán ese parón para realizar un reaprovisamiento de combustibles y enseres, apuntó Baadch.
La búsqueda se ha dividido en dos áreas, una que rastrea todo aquello que se encuentran flotando en el mar en un radio de 80 kilómetros y una segunda que busca en las profundidades del Mar de Drake, que separa Suramérica del continente helado y cuyas aguas están consideradas unas de las más turbulentas del planeta.
Los primeros restos de la aeronave, que correspondían a las esponjas de los estanques internos de combustible, se encontraron el miércoles pasado y posteriormente se fueron hallando restos humanos.
El avión siniestrado despegó el 9 de diciembre a las 16.55 hora local (19.55 GMT) de la base militar de Chabunco, en Punta Arenas, y perdió el contacto cuando le quedaban cerca de una hora y 500 kilómetros para aterrizar en la base Presidente Eduardo Frei Montalva, una de las más importantes de la Antártida.
El avión, que tenía combustible para mantenerse en el aire hasta las 00.40 hora local (03.40 GMT), trasladaba personal que iba a hacer tareas de mantenimiento en la base, entre ellas un tratamiento anticorrosivo de sus instalaciones, además de revisar el oleoducto flotante que abastece de combustible a la zona.
La FACh informó el sábado de que el avión siniestrado, fabricado por la estadounidense Lockheed Martin y adquirido por Chile en 2012, experimentó en 2016 un problema en su tren de aterrizaje cuando se disponía a completar ese mismo trayecto y que el comandante decidió regresar a Punta Arenas por razones de seguridad.
Mientras las investigaciones siguen su curso a cargo del fiscal de Punta Arenas, Eugenio Campos, la FACh ha dicho que no descarta ninguna hipótesis sobre las causas del accidente.
El accidente es la peor tragedia aérea en el país desde 2011, cuando cayó al mar un avión con 21 personas que se dirigía al archipiélago Juan Fernández, unos 670 kilómetros de distancia de la costa chilena, cargado de ayuda humanitaria para su reconstrucción tras el terremoto de magnitud 8,8 de 2010.