Se agota el tiempo para formar una coalición en Israel contra Netanyahu
Los políticos israelíes que quieren sacar del poder al veterano primer ministro Benjamin Netanyahu tienen plazo hasta la medianoche del miércoles para alcanzar un acuerdo para una coalición "de cambio", compuesta por rivales ideológicos, con el fin de pasar página a más de dos años de crisis política.
Las negociaciones maratonianas se prolongaron hasta horas avanzadas de la noche del martes debido a que a las 23H59 (20H59 GMT) del miércoles expira el plazo fijado por la presidencia para la formación de una coalición.
El bloque antiNetanyahu no logró, tal y como estaba previsto, un acuerdo en el momento en que el parlamento se reunió para elegir al 11º presidente del Estado de Israel.
El laborista Isaac Herzog, de 60 años, fue elegido para este cargo, sobre todo simbólico, ya que el verdadero poder en Israel lo tiene el primer ministro.
Así, Israel tenía el miércoles al mediodía un nuevo presidente pero no un nuevo primer ministro.
Las negociaciones han reunido durante tres días a equipos de los principales dirigentes de la izquierda, centro y parte de la derecha, incluida Yamina, la coalición del jefe de filas de la derecha radical Naftali Bennett, que podría ser el futuro primer ministro como parte de un acuerdo de rotación en el poder.
"Todos trabajan duro para intentar ultimar un acuerdo lo antes posible", declaró a la AFP una fuente cercana a las negociaciones.
El centrista Yair Lapid, a quien el presidente de Israel encargó en mayo la formación de una coalición después de que Netanyahu fracasara en su intento, busca con urgencia un acuerdo de "gobierno de unidad nacional".
Antes debe solventar las divisiones y las aspiraciones de unos y otros, sobre todo con las codiciadas carteras de Defensa o Justicia.
"Muchos obstáculos"
"Hasta que se forme el gobierno, todavía hay muchos obstáculos", estimó el lunes Lapid. "La semana que viene Israel puede hallarse en una nueva era", agregó, optimista.
La coalición es tan heterogénea e improbable que discrepa en casi todos los temas, desde la relación con los palestinos, la reactivación económica o el lugar que ocupa la religión en la política.
Su único punto en común es el deseo de terminar con la era Netanyahu, quien llegó por primera vez al poder hace 25 años y gobernó de 1996 a 1999 antes de ser reelegido en 2009, desde cuando ejerce como primer ministro.
Netanyahu está siendo juzgado por "corrupción" en tres casos, lo que lo convierte en el primer jefe del gobierno israelí que se enfrenta a cargos penales mientras ostenta el cargo. Si deja el poder pasará a ser un simple diputado y perderá su influencia para tratar de aprobar una ley que lo proteja de sus problemas legales.
Si Lapid anuncia un acuerdo antes del miércoles por la noche, tendrá siete días para distribuir las carteras y obtener un voto de confianza en el Parlamento.
Entre tanto todo es posible. Y Netanyahu, su partido de derecha, Likud, y sus abogados se afanan por evitar un posible acuerdo de coalición.
"Traición"
Según la prensa israelí, el presidente del parlamento, Yariv Levin (Likud), podría verse tentado de retrasar un semana el voto de confianza en el Parlamento con la esperanza de que en ese tiempo se resquebraje el bando anti-Netanyahu.
Los abogados del Likud sometieron a la presidencia de Israel sus dudas sobre la constitucionalidad del proyecto de rotación en el gobierno esbozado por Yair Lapid.
Según un texto consultado por AFP, la presidencia descartó el tema legal y recordó que Bennett podría ser el primero en asumir la jefatura del gobierno.
Además los partidarios de Netanyahu ven un posible acuerdo gubernamental como una "traición". En medio de esta crispación se ha reforzado la seguridad de Bennett y Lapid, según sus formaciones.
Si Lapid no logra formar gobierno antes de medianoche, los diputados pueden pedir al presidente que encargue esa tarea a un parlamentario diferente. O volver a las urnas, por quinta vez en poco más de dos años.