Velocidad y alcohol, tragedia sobre ruedas
En lo que va del año, se han reportado 85 víctimas fatales por accidentes de tránsito. En muchos de estos casos, ha influido la velocidad y el alcohol.
“Yo me se controlar”, “no me pasará nada”, son las típicas frases de quien consume alcohol y decide conducir un automóvil.
En Panamá esta actitud está pasando factura. Solamente en enero de 2016, 120 conductores dieron positivo en la prueba de alcoholemia, 20 más que en igual período de 2015.
En 2016, diferentes accidentes de tránsito han dejado 88 víctimas fatales, en algunos ha estado presente el alcohol.
Panamá es el segundo país de Centroamérica con el mayor consumo de bebidas alcohólicas, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Cada hombre panameño mayor de 15 años consume unos 11.2 litros al año, superando el promedio mundial que es de 9.6 litros. Mientras que las mujeres beben 4.7 litros; 2.9 litros más que el mundial.
El pasado 28 de febrero, una mujer que marco en el alcoholímetro 63%, perdió el control de su auto y atropelló a un Policía de Tránsito en la autopista Arraiján- La Chorrera, cerca del puente vehicular del Hospital Nicolás A. Solano, produciendo la muerte del uniformado de manera inmediata.
Pero, ¿Cómo afecta el consumir bebidas alcohólicas y por qué se dan los accidentes?
La concentración de alcohol en la sangre se mide de acuerdo con los gramos de alcohol por cada 100 mililitros de sangre.
Luego de 2 o 3 tragos muy fuertes se produce:
- Disminución de funciones cerebrales
- Disminución del estado de alerta
- Reducción de la capacidad de tomar decisiones racionales
- Disminución de la paciencia
- Deterioro de algunas funciones visuales
- Deterioro del equilibrio y del movimiento
Cuando el nivel de consumo ha sido alto hay grave deterioro sensorial y motor, falta de respuesta, pérdida de conciencia y la muerte.