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Ciudad de Panamá, Panamá/El Hospital Regional de La Chorrera “Nicolás A. Solano” ubicado en la provincia de Panamá Oeste enfrenta una difícil situación tras los recientes incidentes que han llevado a dos familias a presentar denuncias formales ante el Ministerio Público por presuntas irregularidades y deficiencia en la atención médica.
Jorge Melo, director regional de salud de Panamá Oeste, confirmó que ambos casos ya están siendo investigados por las autoridades judiciales, mientras que, de forma paralela, el Ministerio de Salud (Minsa) desarrolla un proceso administrativo interno.
Melo admitió que el hospital presenta deficiencias en los tiempos de espera, la principal queja de los usuarios. "El tiempo de espera en el Hospital Nicolás Solano está un poco aumentado", reconoció el funcionario, quien aseguró que desde hace tres meses se mantienen reuniones con el ministro de Salud, Fernando Boyd Galindo, para abordar estos problemas.
La situación se agrava por la saturación del servicio de urgencias, que atiende más de 5,000 personas al mes —un promedio de 180 a 189 pacientes diarios—. Según Melo, el 91% corresponde a urgencias reales, pero el cuarto se encuentra frecuentemente "colapsado" por pacientes con dolencias menores que podrían ser atendidas en centros de atención primaria.
“Hemos tratado también de dar mucha promoción de salud en cuanto al uso del cuarto de urgencia. Nosotros en diciembre implementamos un plan de dispensarial, en donde son pacientes verdes”, aclaró Melo.
El funcionario señaló que el cuarto de urgencia “muchas veces lo tenemos colapsado en pacientes verdes que son resfriados, morbilidades comunes, y puedo tener en la misma área un paciente que sí requiere el uso de cuarto de urgencia (…) En el momento de que llegan (los pacientes) al cuarto de urgencia, hay que atenderlos. Sí queremos lograr eso, pero la queja siempre es el tiempo de espera”.
Una de las revelaciones más preocupantes es que el Hospital Nicolás Solano ya cumplió 25 años de funcionamiento este año, alcanzando el límite de vida útil establecido para hospitales de segundo nivel. "Es un hospital de segundo nivel. Nosotros no somos un hospital de tercer nivel. La vida media de un hospital de esta categoría es de 25 años", explicó Melo, admitiendo que la infraestructura "ya requiere modernización y ampliación".
"Hace 25 años atendíamos personas con la misma capacidad, no puede ser que actualmente lo hagamos. Nosotros estamos conscientes de eso y hemos tomado la decisión correcta que es ampliar el cuarto de urgencias", reconoció el director. Como hospital de segundo nivel, el Nicolás Solano carece de la infraestructura y especialistas necesarios para casos complejos.
Melo explicó que ciertos pacientes, como embarazadas con complicaciones, deben ser trasladados a hospitales de tercer nivel que cuenten con subespecialistas y unidades de cuidados intensivos más equipadas.
“Por normativa, tenemos especialidades y salas de hospitalización; pero, sin entrar en muchos detalles, por ejemplo, en el caso de la embarazada que llegó, tenía que ser trasladada a un hospital de tercer nivel, donde hubiese un subespecialista que pudiese atender a los bebés y, en caso de alguna complicación, tenga algún tipo de cuidados intensivos con mayor capacidad de atención. Entendemos que la población probablemente carezca de ese interés de saber si soy de segundo o tercer nivel; esa responsabilidad nos corresponde a nosotros, pero debemos cumplir con la normativa para poder subir a un tercer nivel”, explicó.
La región de Panamá Oeste, con su crecimiento poblacional, requiere un hospital de tercer nivel, proyecto que según Melo ya cuenta con aprobación del ministro Boyd para elevar su nivel.
Entre las medidas anunciadas figuran:
Melo reconoció la presión que enfrentan médicos y enfermeras debido a la sobrecarga del sistema, situación que lleva a muchos profesionales a abandonar el sector público. El funcionario hizo un llamado a la "humanización" de la atención médica y anunció planes para rotación de personal y capacitación continua, buscando mejorar el trato hacia los pacientes.
Mientras el Ministerio Público investiga los dos casos denunciados, la dirección regional mantiene su propia investigación administrativa. Melo advirtió que, de comprobarse negligencia médica, se aplicará "la máxima sanción", que podría incluir la destitución de los profesionales involucrados.
"Es inaceptable totalmente", declaró sobre los incidentes, aunque insistió en que deben esperar los resultados de ambas investigaciones antes de tomar decisiones definitivas.
La crisis del Hospital Nicolás Solano refleja problemas más amplios en el sistema de salud pública panameño: infraestructuras deficientes, sobrecarga de servicios y falta de recursos humanos y materiales. Las familias afectadas esperan justicia por estos casos.