Finca de los Henao Montoya al servicio de la U
En Panamá la finca de los Henao Montoya, cabecillas del Cartel del Norte del Valle -en el Cauca de Colombia-, por más de 12 años estuvo en el abandono total. Ahora dejó su pasado de narcotráfico para convertirse en un centro de estudio de la Universidad de Panamá.
La Porcelana en Tortí de Chepo refugió por muchos años a los jefes del Cartel del Norte del Valle. En esa finca la Policía panameña capturó a Lorena Henao Montoya, conocida en el Cartel de los Sapos, como Amparo Cadenas. También a su hermano Arcángel de Jesús Henao Montoya, alias el Mocho. Conrado Cadenas en el Cartel.
TVN Noticias entró al escondite que había en la casa de diversión de los Henao Montoya. En el pasado la finca fue un derroche de lujos con piscina y un rancho de diversión. Ahora la piscina desapareció y pasó a ser un jardín mientras que el rancho será un salón de capacitación del programa Promega de la Universidad de Panamá.
Leonel Medina Director de Promega, dice que a la finca La Porcelana le cambiaron nombre a La Guagara por las palmas en el lugar. La misma será utilizada para capacitar a productores y elevar el ánimo de sus alrededores.
El Instituto Promejoramiento de la Ganadería hace una semana dictó el primer curso de inseminación artificial de ganado, pero muchas personas temían entrar a la finca debido a su pasado.
Xenia Ceville detalló que 11 productoresfueron certificados como inseminadores, al tiempo que ahora hay salones de clases y cuartos de congelación de semen de ganado, los mismos cuartos que fueron de los Henao Montoya. Incluso, muchas de las sillas del rancho de diversión ahora forman parte del inventario de la Universidad.
Vïctor Villarreal, miembro de Promega explica que el objetico es lograr "que el productor sepa dominar la técnica de inseminación artificial como herramienta de mejoramiento genético y que la UP sirva para la formación de la ganadería".
Imponentes camas de madera y bambú aún permanecen en los cuartos de la casa de diversión de los Henao Montoya. En el hatillo a simple vista había un mueble de madera machinbrada para televisión, pero detrás de las paredes habían caletos y otro cuarto oculto. Aún en el lugar hay evidencia del negocio que llevaban los Montoya. Habían facturas de kilos que pagaban,y facturas por hacer de las ventas supuestamente de frutas, que en realidad eran kilos de drogas.