Silva sugiere reformar la carrera diplomática para reforzar respuesta del país ante presiones extranjeras
Durante su intervención, Silva hizo hincapié en la necesidad de mantener un equilibrio entre la diplomacia internacional y las reformas internas, para asegurar que el Canal permanezca bajo control panameño.
Ciudad de Panamá/Gabriel Silva, exdiputado, calificó como un buen avance el que se haya dado un diálogo entre Estados Unidos y Panamá, como alternativa para esclarecer las preocupaciones del principal socio comercial del país.
Aunque reconoció que es legítimo que Estados Unidos exprese preocupaciones estratégicas o geopolíticas, insistió en que dichas conversaciones deben limitarse a temas operativos y no afectar la titularidad del canal de Panamá.
Durante su intervención, Silva subrayó que la vía acuática es de los panameños y que cualquier negociación que lo ponga en duda es inaceptable. "No se debe discutir ni negociar la soberanía del Canal. Es nuestra, punto final", afirmó.
A lo largo de su análisis, Silva también abordó los recientes gestos diplomáticos del presidente José Raúl Mulino, del que dijo ha manejado de manera prudente las conversaciones con Estados Unidos, pero resaltó que en el camino ha dejado ver "una serie de bipolaridades", lo que percibe como una falta de firmeza en algunos puntos clave.
En particular, señaló que la administración panameña ha cedido en temas como la finalización del memorándum de entendimiento con China y la regulación de los puertos, sin una estrategia clara que explique y defienda la soberanía del canal a nivel internacional.
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"Por una parte, lo vemos con mucha firmeza, pero también lo vemos, en ocasiones, minimizando acusaciones que se han hecho en el Senado de EEUU y en otros foros importantes. Al Ejecutivo le ha faltado mucha firmeza, docencia y estrategia a nivel internacional", cuestionó.
Así las cosas, consideró que los embajadores y cónsules en este momento debiesen estar elaborando una estrategia internacional, para ganar soporte y explicarle al mundo, hecho por hecho, que el Canal es administrado por Panamá y no por otra nación.
El exdiputado también señaló un elemento político preocupante: la implicación de intereses cercanos al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la operación de los puertos panameños. Silva sugirió que, al parecer, la presión de Estados Unidos no solo responde a preocupaciones geopolíticas, sino también a intereses económicos vinculados a personas cercanas al mandatario estadounidense, lo que podría generar un doble estándar en la relación entre ambos países.
El análisis se centró en las implicaciones de estas negociaciones a largo plazo y cómo Panamá debe fortalecer sus mecanismos diplomáticos y de fiscalización interna. Silva propuso reformas en la carrera diplomática y en los procesos de concesión pública, como una medida para evitar que el país quede sujeto a presiones extranjeras o a la corrupción interna que afecta el manejo de los recursos generados por el canal de Panamá.
En cuanto a las acciones inmediatas, Silva sugirió que la Asamblea Nacional debería convocar a los responsables de la política exterior del país, como el canciller, para explicar la estrategia y justificar las decisiones tomadas durante las negociaciones. Además, hizo hincapié en la necesidad de mantener un equilibrio entre la diplomacia internacional y las reformas internas, para asegurar que el canal permanezca bajo control panameño.