¿Por qué los brotes de malaria en Panamá han despertado preocupación entre los médicos?
La malaria, una enfermedad que ya era historia en Panamá, ha vuelto y de forma feroz.
Este año se han registrado 444 nuevos casos, 19 de ellos importados. En promedio, durante los nueve primeros meses del año ha habido 49 registros mensuales, cinco más que la media de 2015.
Las autoridades de salud sostienen que la mayoría de los que no han sido infectados en Panamá ingresaron por la selva del Darién, la también puerta de entrada de miles de migrantes cubanos y africanos que buscan su camino a Estados Unidos.
Expertos explican que la malaria afecta el hígado y produce cuadros de fiebre cada vez que se multiplican los parásitos que la llevan –y que viajan en el cuerpo a través de los glóbulos rojos-.
El Instituto Conmemorativo Gorgas ha establecido que la mayor parte de los casos en Panamá son del tipo de malaria “plasmodium vivax”, la más frecuente de todas.
De la “falciparum”, el tipo más mortal de esta enfermedad, se registraron al menos diez casos a inicios de año.
La malaria es transmitida por el mosquito Anopheles, un zancudo del mismo tipo que el Aedes aegypti, transmisor del dengue.
Por lo tanto, los científicos han recomendado aplicar las mismas medidas de cuidado que con el dengue: eliminar criaderos y, en la medida de lo posible, utilizar ropa que reduzca la posibilidad de ser picado (piezas largas).
Con información de Jocelyn Mosquera