Seis manglares panameños, reconocidos como refugio clave para especies en peligro

El más reciente en ingresar a la lista es el Complejo de Humedales de Matusagaratí, en Darién, con 64,750 hectáreas de extensión.

Manglares de Panamá: ecosistemas vitales protegidos por convenios internacionales / Ministerio de Ambiente.

Panamá/Panamá alberga seis manglares reconocidos internacionalmente como sitios Ramsar, categoría que destaca su valor como refugio para especies en peligro y su rol crucial en las rutas migratorias de aves y otras especies. Estos ecosistemas, celebrados hoy en el marco del Día Internacional de la Defensa del Manglar, constituyen zonas prioritarias de conservación por su importancia ecológica, económica y social.

El más reciente en ingresar a la lista es el Complejo de Humedales de Matusagaratí, en Darién, con 64,750 hectáreas de extensión. Este humedal natural es el más grande del país y uno de los más extensos de América Central. Combina manglares, pantanos y ríos, proporcionando hábitat a numerosas especies amenazadas y regulando los flujos hídricos en la zona.

A este se suman otros cinco sitios Ramsar en Panamá:

Estos ecosistemas no solo albergan especies marinas y terrestres de gran valor biológico, sino que también sostienen la pesca artesanal, actúan como barreras naturales contra tormentas y absorben carbono azul, lo que los convierte en aliados estratégicos frente al cambio climático.

Los manglares tienen múltiples beneficios: sostienen la pesca artesanal, lo cual permite la subsistencia de muchas familias, y sirven de barrera natural frente a tormentas. Son ecosistemas vivos que debemos cuidar como parte de nuestro patrimonio”, señaló Digna Barsallo, directora nacional de Costas y Mares del Ministerio de Ambiente, en un comunicado de la entidad.

Panamá cuenta con aproximadamente 187,064 hectáreas de manglares, lo que representa cerca del 5% del total continental, según el Sistema Nacional de Información Ambiental. Su protección está respaldada por la Ley General de Ambiente (Ley 41 de 1998) y otras normativas específicas que prohíben su tala y degradación.

Además, se impulsan acciones de restauración participativa, especialmente en las costas del Pacífico y Caribe, y programas comunitarios de educación y reforestación.

Como parte de una estrategia de largo plazo, el país avanza en la creación del “Capítulo Panamá” de la Alianza Global de Manglares, un esfuerzo liderado por la National Audubon Society y la Sociedad Audubon de Panamá, en el marco del proyecto Patrimonio Natural Azul. Este capítulo busca trazar una hoja de ruta nacional para el manejo sostenible de los manglares y establecer un ente técnico que respalde las políticas públicas del Comité Nacional de Humedales.

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