Panamá envejece y las políticas públicas no responden, advierte sociólogo
De acuerdo con el estudio, el país atraviesa una etapa avanzada de transición demográfica: los nacimientos han disminuido en comparación con censos anteriores y la esperanza de vida alcanzó los 82 años para las mujeres y 76 para los hombres.
Panamá/La población panameña atraviesa una transformación silenciosa pero profunda: está envejeciendo. Así lo confirma el más reciente Análisis sobre las Dinámicas de la Población en Panamá (ASP), elaborado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), que advierte una reducción en las tasas de natalidad y un incremento progresivo de la población mayor de 45 años.
De acuerdo con el estudio, el país atraviesa una etapa avanzada de transición demográfica: los nacimientos han disminuido en comparación con censos anteriores y la esperanza de vida alcanzó los 82 años para las mujeres y 76 para los hombres.
Paralelamente, la pirámide poblacional refleja un descenso de los niños de 0 a 4 años y un aumento sostenido de las personas mayores de 45, lo que evidencia el proceso de envejecimiento.
Pero, ¿está preparado Panamá para este cambio?
El sociólogo José Lasso advirtió que esta realidad plantea serios desafíos sociales. “Se muestran dos países: uno en la capital, con un alto nivel de desarrollo, y otro en el interior, donde la situación es totalmente distinta. Esa desigualdad estructural está mermando las condiciones de vida y refleja una ausencia de políticas públicas”, afirmó.
Lasso señaló que el fenómeno demográfico no puede analizarse sin considerar el impacto de la desigualdad.
Tenemos una zona de tránsito que se desarrolla en detrimento del interior del país. Es necesario llevar allí servicios sociales y condiciones de vida dignas”, sostuvo.
El informe también muestra que la reducción de la natalidad está asociada a mejores niveles de educación y aspiraciones profesionales, especialmente entre las mujeres, quienes postergan decisiones como la maternidad y el matrimonio.
“En las zonas con mayor desarrollo se observa una reducción directa de la natalidad, lo que ha llevado a que la tasa de fecundidad esté muy por debajo del nivel de reemplazo”, explicó Lasso.
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Sin embargo, en áreas golpeadas por la pobreza, la situación es distinta. El sociólogo destacó que la mayoría de los nuevos nacimientos provienen de madres adolescentes.
Esto refleja la ausencia de políticas públicas, particularmente de educación sexual en las escuelas. La falta de orientación ha derivado en un aumento de embarazos adolescentes”, apuntó el sociólogo.
Para Lasso, la combinación de natalidad reducida en las zonas de desarrollo y fecundidad temprana en áreas vulnerables genera un doble desafío. “El país no está preparado. No se ha planificado cómo garantizar acceso a la salud ni oportunidades para una población que, en una o dos décadas, será mucho mayor”, advirtió.
De acuerdo con el censo de 2023 y las estadísticas vitales, según el estudio, Panamá está ingresando rápidamente en la última etapa de la “primera” transición demográfica, ya que la fecundidad se ubicó por debajo del nivel de reemplazo, y de mantenerse esta tendencia, se transitará hacia una segunda fase caracterizada por un descenso del ritmo de crecimiento y un sostenido envejecimiento de la pirámide etaria.
Los datos muestran que en 2023 el país tenía 4.5 millones de habitantes, de los cuales el 30% era menor de 15 años y el 10% mayor de 65. Aunque todavía predomina una población joven, el informe advierte una tendencia clara al envejecimiento, con una proporción creciente de adultos mayores.
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Otro de los indicadores clave es la edad mediana, que alcanzó los 30 años en 2023, reflejando una contracción en el número de niños y un incremento de los mayores de 45 años. Además, los hogares han reducido su tamaño promedio a 3.3 integrantes, mientras aumentan los hogares unipersonales (19%) y las jefaturas femeninas (38%).
La tasa global de fecundidad cayó a 2.4 hijos por mujer en 2023, lo que, sumado a la esperanza de vida al nacer —82 años para mujeres y 76 para hombres—, refuerza el proceso de envejecimiento.
El informe enfatiza que esta transformación traerá nuevos desafíos sociales y económicos, entre ellos la adaptación del sistema de salud, la seguridad social y la infraestructura urbana a las necesidades de una población mayor.
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En se sentido, el especialista consideró que la formación en gerontología y programas educativos son avances importantes, pero insuficientes si no existe un ordenamiento institucional que priorice el tema. “Panamá debe proyectar infraestructuras, ampliar la protección social y coordinar acciones interinstitucionales. De lo contrario, enfrentaremos un envejecimiento sin políticas que acompañen a los ciudadanos en esta transición”, concluyó.