Diputados disfrazan desproporcionado ausentismo en la Asamblea

Este es un video de archivo. / Icard Reyes

En la Asamblea Nacional hay un grupo de diputados a los que, por la cantidad de licencias con sueldo que han pedido, verles en el Pleno ha sido la excepción.

Se trata de legisladores influyentes en sus partidos, que, sin embargo, integran una especie de planilla fantasmagórica, expuesta en informes públicos del Órgano Legislativo sobre la eficiencia de los primeros tres meses de este período.

La lista es liderada por el Cambio Democrático (CD) Sergio Gálvez, que ha faltado a 50 de las 52 sesiones que ha habido en los últimos tres meses. Casi lo mismo que el tiempo que se toma una mujer en licencia por embarazo.

Le sigue una ironía: el perredista Ausencio Palacio es el segundo que menos veces acude a la Asamblea. Tiene un récord de 49 licencias para 52 sesiones. En otras dos simplemente estuvo ausente del palacio legislativo.

Los diputados Edwin Zúñiga y Diógenes Vergara han estado de permiso 43 veces, sobre todo en agosto y septiembre, donde estuvieron en apenas una y dos sesiones, respectivamente.

La política consume la agenda legislativa

En este período –que empezó el 1 de julio, tras intensas pujas y repujas por las presidencias de comisiones– ha habido cerca de 30 propuestas de ley en la agenda plenaria para segundo y tercer debate, incluyendo la de educación sexual. Algunos sectores han acusado a los diputados de enterrar el ritmo del Legislativo.

Y, en parte, por aspiraciones partidistas.

Es el caso de Benicio Robinson, el quinto legislador con más licencias (43 de 52 sesiones), candidato a la reelección como presidente del Partido Revolucionario Democrático (PRD).

Le sigue Adolfo Valderrama, el recién electo secretario general del panameñismo, con 39 sesiones en licencia.

Amparados en la ambigüedad del artículo 224 del Reglamento Interno, en términos generales los diputados pidieron 1,090 licencias con sueldos en tres meses.

La estrategia detrás

Fuentes del Legislativo explicaron a TVN Noticias que los diputados también suelen pedir licencias en “bloque” para respaldarse el día en que no puedan ir, y que su suplente quede habilitado para reemplazarlo en el Pleno.

Pero esa norma se ha aplicado a medias: es el caso de Aris de Icaza, uno de los rebeldes de la bancada CD, ha faltado a 35 de 52 sesiones del Pleno.

Su esposa y suplente, Nubia de De Icaza, ha estado ausente en otras 22 sesiones. Y en otras 21 no han estado ni uno ni el otro. Es decir, en el 40% de las sesiones del Pleno su puesto ha estado vacío. Como si su curul simplemente no existiera.

Vidal García, otro diputado de CD, es el sexto con más licencias (32), una más que su copartidario Aibán Velarde, quien en septiembre no pidió licencias, pero se ausentó –sin habilitar a su suplente- en 10 de los 17 plenos.

Con poco menos licencias –pero todavía por encima del 50% de las sesiones del Pleno- figuran los perredistas Raúl Pineda (29 licencias) y Pedro Miguel González (28). El panameñista Miguel Salas también pidió 28.

En la sesión del Pleno del 2 de julio pasado, apenas un día después de la apertura de sesiones, ocho diputados ya gozaban de día de licencia con derecho a sueldo. Un mes después, el 1 de agosto, el número se había incrementado a 14. Y para el 1 de septiembre la cifra era de 27.

Es decir, con cada mes la cantidad de licencias pagadas se ha estado duplicando.

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