'El Estado no aguanta más': Fernando Aramburú Porras propone congelar la planilla y reestructurar instituciones

Aramburú Porras enfatizó que todo lo que se haga sobre la reestructuración del Estado tiene que ser a través de conversaciones y consenso. "No queremos conflictos sociales", precisó.

El economista y exfuncionario Fernando Aramburú Porras. / TVN

Panamá/Frente al enorme peso que representa el aparato estatal en la economía panameña y el bajo nivel de eficiencia en la prestación de servicios públicos, el economista y exfuncionario Fernando Aramburú Porras planteó una serie de reformas estructurales que, a su juicio, son urgentes para garantizar la sostenibilidad fiscal y mejorar la calidad del Estado.

Consultado sobre cómo reducir el gasto público y mejorar la eficiencia del sector estatal, Aramburú Porras fue enfático al señalar que el primer paso debe ser detener el crecimiento de la planilla.

Si lográramos que no creciera el Estado, que simplemente se congelara y los nombramientos adicionales se hicieran en base a lo que se retiran, porcentualmente en relación con la economía iríamos decreciendo la participación del Estado”, explicó.

El economista cuestionó también la sobredimensión de varias instituciones públicas, entre ellas la Caja de Seguro Social (CSS).Yo me pregunto si el Seguro Social requiere 38,000 empleados. Eso es un ejército, afirmó. “¿Y usted sabe cuánto es la planilla del Seguro Social? 1,000 millones de dólares al año”, agregó, al tiempo que propuso implementar un programa voluntario de retiro con bonificaciones para reducir gradualmente el exceso de personal.

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Otro eje clave de la reforma, según Aramburú Porras, es la reingeniería institucional. “Una vez que uno identifica las instituciones que puede fusionar, naturalmente va a sobrar gente. Y a esa gente no es que la tires a la calle. En un proceso que dura uno, dos o tres años, vas disminuyendo el personal en un programa voluntario. Tiene que ser voluntario, no queremos conflictos sociales”, planteó.

El exfuncionario también criticó la cultura del clientelismo político que, a su juicio, debilita el desempeño del sector público.

La eficiencia del servicio público se afecta con todas estas botellas. Porque ya la gente no quiere trabajar, no hay motivación”, dijo. “Todos tienen un padrino, desde el más chiquito hasta el más grande, y cada vez que tú quieres tocar a alguien, aparece un diputado o un funcionario influyente que lo protege”, planteó como parte de la anécdota que le tocó vivir en el extinto IRHE.

Sobre el problema estructural de los servicios básicos, Aramburú Porras fue particularmente crítico con el funcionamiento del IDAAN. “Panamá triplicó su ingreso per cápita, pero la mayoría de la población tiene servicios públicos paupérrimos”, aseguró. “¿En qué idioma vamos a entender que esa institución no funciona?”, cuestionó.

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Para revertir esta situación, el economista consideró indispensable adoptar un nuevo modelo de gestión. “No estoy hablando de privatización, sino de tercerización. Mantienes la producción de agua en manos del Idaan, pero el resto del modelo debe gestionarse con alianzas público-privadas para mejorar el servicio”, explicó.

Asimismo, recordó que las reformas profundas no siempre gozan de aceptación popular, pero son necesarias para el desarrollo del país. “Cuando hicimos la reestructuración del sector eléctrico, el 75% de la población estaba en contra. Pero hay decisiones que hay que tomar porque para eso se gobierna, para ver el interés de la nación”, afirmó.

En cuanto a la situación fiscal, Aramburú Porras advirtió que el país no puede seguir sosteniendo aumentos automáticos de salarios ni leyes rígidas de gasto. “Las finanzas públicas no aguantan más aumentos automáticos ni leyes como la ley de educación. Son cosas que hay que cambiar”, puntualizó.

Hizo un llamado a la prudencia política y a la corresponsabilidad social en el proceso de reformas. “Hay un descontento, el gobierno no es popular, y tenemos que tener mucho cuidado cómo manejamos el tema. Todos tienen que poner de su lado. La gente tiene que pagar sus impuestos y los que están exonerados deben contribuir. El cuchillo tiene que cortar parejo”, manifestó.

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