Ocho ríos en la ciudad, focos de contaminación

Ocho ríos en la ciudad, focos de contaminación
Annette Quinn
08 de julio 2014 - 15:57

Los 8 ríos de la ciudad de Panamá no tienen ningún tipo de uso, ni para energía, recreación ni consumo, tampoco para extraer alimentos (peces). Son conductores de basura, también de contaminación bacteriana. ¿Cree usted que podríamos recuperarlos?

Los ríos Cárdenas, Curundú, Matasnillo, Matías Hernández, Abajo, Juan Díaz, Tapia y Tocumen son los ríos capitalinos que están altamente contaminados pues han sido condenados a ser drenajes y basureros, adquiriendo mal aspecto y olor, lo que dificulta su uso para el entorno urbano, convirtiéndose la basura en una represa que imposibilita la libre fluidez, generando inundaciones.

El ambientalista Belgis Chial califica esto como grave e indica que toda esta contaminación genera enfermedades.

En 1950, 125 mil habitantes de la ciudad utilizaban las aguas de la Bahía de Panamá y el Matasnillo para diversas actividades, hoy llegamos a un millón de personas, con sus consecuencias.

Aguas de tanques sépticos colapsados, los malos hábitos de disposición de residuos como el aceite doméstico, químicos industriales y la basura encuentran camino equivocado en nuestros ríos y quebradas. Esto es debido a la concentración de la población y actividades económicas que contribuyen a las aguas residuales.

El proyecto de Saneamiento de la Bahía puede ayudar en buena parte, especialmente si las autoridades hacen cumplir las normas ambientales en el manejo de las aguas servidas e invertir en la cultura de la no contaminación.

Betzaida Carranza, abogada ambientalista, señala que existe el Código adminuistrativo, que establece prohibiciones para arrojar la basura, no solo en los ríos, sino la mala disposición de desechos en cualquier parte. “También está el Decreto 35 de 1966, que establece específicamente que está prohibido el arrojar basura, desechos, desperdicios y todo tipo de sólidos y líquidos, a las fuentes de agua superficiales”, añadió.

Vivimos en medio de la basura con bacterias que navegan los 8 ríos y 64 quebradas, distribuyendo gratuitamente enfermedades y hasta la muerte.

Chial enfatizó que las entidades competentes deben implementar instrumentos y metodologías de seguimiento, control y vigilancia más estrictas. Adicional, se requiere trabajo conjunto de educación con la gente, niños y jóvenes.

Carranza hizo un llamado claro de que “no es solamente cerrar el grifo y pagar cuentas, debo tener en cuenta no echar basura, debo plantar árboles, debo promover actividades para la conservación de las cuencas e involucrarme cada vez más”.

Es importante que se involucren en el tema entidades como la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), Ministerio de Salud (Minsa), Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan), Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc), Ministerio de Educación (Meduca), Municipios y Laboratorios de la Universidad de Panamá (UP). A estos últimos dotarlos de infraestructura logística, y estrategia de monitoreo en la forma en que se recogen las muestras.

Hay que recuperar nuestros ríos con educación, monitoreo y fiscalización, y si fuese necesario sancionar a todo aquel que lo ensucia, para que nuestra ciudad respire vida, brindando al mundo una imagen de una urbe que crece de cara al mar, respetando al medio ambiente y sus recursos naturales.

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