El rol de los evangélicos en la política de América Latina
Tema de derechos humanos marcó la agenda de elecciones presidenciales en Costa Rica.
Expertos politólogos invitan a mirar lo sucedido en las elecciones presidenciales de Costa Rica, donde el tema de derechos humanos y matrimonio igualitario marcó la agenda de los candidatos.
Explican que si estos temas son importantes en Latinoamérica, también lo son en Panamá. Cuando se ha hablado de matrimonio igualitario, educación sexual y guías para las escuelas, se convierten en temas de agenda nacional.
“Los derechos de las mujeres, las libertades, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la educación sexual, son temas importantes en Panamá”, señaló el politólogo Harry Brown Araúz.
Explican que se trata de una guerra cultural entre candidatos conservadores y otros liberales que generan opinión y lideran campañas.
“Prefirieron opciones en favor de los derechos humanos, en favor de la protección de las minorías, en favor del avance hacia más derechos y no a la restricción de derechos”, destacó la politóloga Claire Nevache.
En la primera vuelta ganó el candidato evangélico Fabricio Alvarado, quien se opuso a la recomendación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), que reconoce el derecho a las personas del mismo sexo al matrimonio.
Sin embargo, en una segunda vuelta gana Carlos Alvarado con el 60% de los votos y una temática a favor de los derechos humanos.
“Normalmente en las segundas vueltas no se revierten los resultados. Ha sido una elección no apta para cardíacos”, manifestó Brown Araúz.
Otro tema que analizan es la participación de los evangélicos en la política. A través de partidos políticos, de forma independiente o, como se ha visto en otros países, con su propio partido político.
“Es un fenómeno a nivel latinoamericano. Los evangélicos se están volviendo actores políticos a nivel regional. Guatemala ya va por su tercer presidente evangélico”, apuntó Nevache.
Piden mirar cómo se desarrollarán las elecciones en El Salvador, Venezuela y Brasil, donde la participación evangélica es significativa.