La OMS demoró declarar una emergencia por el ébola
En un retraso que según algunos expertos podría haber costado vivas, que la Organización Mundial de la Salud se resistió dos meses a calificar la epidemia de ébola en África occidental de emergencia pública hasta el verano pasado, dos meses después de que su personal plantease la posibilidad y mucho después de que un alto cargo pidiera un cambio drástico en su estrategia, según pudo saber Associated Press.
Entre los motivos citados por la agencia de Naciones Unidas en sus deliberaciones internas aparecen el temor a que declarar la emergencia —equivalente a una llamada de auxilio internacional— pudiera molestar a los países africanos implicados, dañar sus economías o interferir con el peregrinaje musulmán a La Meca.
Críticos, expertos y varios ex empleados de la OMS describieron esos argumentos como mal dirigidos.
"Eso es como decir que no quieres llamar a los bomberos porque te da miedo que los camiones de bomberos creen molestias en el barrio", dijo Michael Osterholm, un destacado experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Minnesota.
La directora general de la OMS, Margaret Chan, ha reiterado en declaraciones públicas que la epidemia tomó al mundo por sorpresa.
"La enfermedad fue inesperada y poco familiar para todo el mundo, desde (médicos) y personal de laboratorio a gobiernos y sus ciudadanos", dijo en enero. La semana pasada, Chan dijo en una comparecencia en Londres que el primer indicio de que la crisis podría convertirse en una emergencia global se produjo a finales de julio, cuando un consultor que luego murió de la enfermedad voló de Liberia a un aeropuerto nigeriano.
Sin embargo, documentos internos a los que tuvo acceso AP muestran que directores veteranos en la sede de la agencia sanitaria en Ginebra fueron informados antes de la gravedad de la situación y retrasaron declarar una emergencia global. Esa alerta pretende desencadenar una campaña de ayuda exterior, o, como lo explica un documento de la OMS, "dispara la presión política en los países afectados" y "moviliza ayuda y acción internacional".
Cuando los expertos del organismo debatieron la posibilidad de declarar una emergencia a principios de junio, un directivo la vio como un "último recurso".
El retraso en declarar una emergencia fue uno de los muchos problemas críticos que socavaron la capacidad de la agencia para contener la epidemia. Cuando la agencia humanitaria Médicos Sin Fronteras advirtió de que el brote se estaba saliendo del control, la OMS lo desmintió, mientras los propios médicos de la OMS pedían refuerzos. Cuando la OMS envió finalmente personal a África, fueron de un nivel dispar. Otros trabajadores sanitarios dijeron que muchos carecían de experiencia con el ébola; un consultor de la OMS que se contagió de ébola rompió el protocolo de su propia agencia, poniendo a otros en peligros y haciendo que se expulsara a la organización de un hotel, según los hallazgos de AP.
"La gente a menudo confunde la declaración de Emergencia Pública Sanitaria de Preocupación Internacional con nuestra respuesta operativa. Es muy diferente. La OMS estableció una fuerte respuesta operativo hace un año cuando se nos notificó que el brote era de ébola", indicó la organización en un correo electrónico el jueves.
La OMS es la única agencia con autoridad para liderar una respuesta global a las crisis sanitarias, proporcionando apoyo médico, de laboratorio y de otra clase cuando se producen brotes de enfermedades nuevas o poco habituales. Su gestión de la epidemia de ébola ha sido criticada en varios frentes, y llevado a peticiones de reforma. El vacío de poder en el organismo fue tan dañino que la ONU creó la Misión para Respuesta de Emergencia de Ébola para asumir el mando de la batalla general contra la enfermedad.
La doctora Sylvie Briand, responsable del departamento de enfermedades pandémicas y epidémicas en la OMS, admitió que su agencia había tomado decisiones erróneas, pero señaló que posponer la alerta tenía sentido en ese momento porque podría haber tenido consecuencias económicas catastróficas.
"Lo que hemos visto en general es que para los países en desarrollo, firmas una especie de condena de muerte", dijo.
Conforme el ébola seguía expandiéndose durante el verano, la situación sobre el terreno se volvía cada vez más desesperada. En Liberia y Sierra Leona sólo existía una pequeña parte de las camas necesarias para atender a los enfermos. En algunas regiones no había siquiera agua y jabón suficientes, y los pacientes morían literalmente a las puertas de las clínicas de ébola mientras algunos empleados extranjeros de minas evacuaban y los países vecinos restringían los viajes.
Para cuando la OMS declaró una emergencia internacional, unas 1.000 personas habían muerto ya. En total, se cree que más de 10.000 murieron en el año desde que se anunció el brote.
Chan, jefa de la OMS, declinó ser entrevistada por la AP para este artículo. Pero el doctor Bruce Aylward, máximo responsable del organismo en la lucha contra el ébola, dijo que clasificar la epidemia como una emergencia global no habría tenido efectos mágicos.
"Lo que esperarías es que el mundo entero se levantara y dijera, 'Oh, esto es un problema terrible, tenemos que desplegar más gente y enviar dinero", dijo. "En vez de eso, lo que ocurrió es que la gente pensó 'Oh, está pasando algo muy peligroso allí y tengo que restringir los viajes y el movimiento de personas'''.
El ex médico de la OMS Matthieu Kamwa dijo que ese argumento no basta. Kamwa, que trabajó como representante de la agencia en la República Democrática del Congo durante un brote de ébola en 2008, dijo que haber hecho sonar la alarma antes habría salvado vidas.
"Murió gente porque no se hicieron cosas", dijo.