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Ciudad de Panamá, Panamá/La edición 15 años de Héroes por Panamá 2025 quedó grabada en la memoria de todos como una de las noches más emotivas, inspiradoras y sorprendentes en la historia del programa. Bajo el marco de una gala cargada de esperanza, compromiso social y celebración de las buenas acciones, el gran protagonista fue Ronnie de Gracia, conocido como el paramédico de la calle, quien se alzó como el favorito del público, distinción que reconoce no solo su labor altruista, sino también el profundo impacto que ha tenido en comunidades vulnerables a lo largo del país.
Más allá de una competencia, la gala fue un tributo a quienes, desde distintas trincheras, han decidido transformar realidades con vocación, entrega y amor por Panamá. En esta edición especial de aniversario, fueron siete los jóvenes héroes que recibieron el reconocimiento nacional por su trabajo incansable en áreas tan diversas como la salud, el medioambiente, el deporte, la inclusión social, la moda con propósito y los derechos humanos.
Desde el primer minuto, el ambiente en el Campus ITSE, escenario de esta gran noche, estuvo cargado de emoción. El público, pendiente de cada historia, demostró que Panamá sigue apostando por quienes hacen del servicio una causa de vida.
Uno de los grandes momentos de la gala fue la presentación de Andrea Pérez Meana y Miguel Melfi como el llamado “relevo generacional” de los históricos anfitriones del programa, Blanca Herrera y Eddy Vásquez, quienes por años han sido el rostro de Héroes por Panamá. En esta ocasión especial, Andrea y Miguel no solo dijeron presente, sino que también se convirtieron en protagonistas de la conducción, llevando la voz de los jóvenes y conectando con una nueva generación que cree en el cambio social.
Ambos aportaron frescura, dinamismo y cercanía, sin perder la solemnidad que caracteriza al programa. Su participación fue uno de los grandes aciertos de la noche y marcó un nuevo capítulo en la historia del proyecto.
Con el telón recién abierto, el primer caso que conoció el público fue el de Celeste Serrano, representante de la fundación “Corazones de Matías”, una iniciativa que ha tocado la vida de cientos de familias a través de la solidaridad, la ayuda humanitaria y la atención a personas en situación vulnerable.
Celeste salió al escenario acompañada de su madrina Elvia Muñoz, quien con visible emoción destacó la entrega y el compromiso de la joven heroína. Entre aplausos, Celeste recibió la “H”, el símbolo de su lucha y perseverancia, dejando en claro que el amor al prójimo sigue siendo una de las fuerzas más poderosas para transformar la sociedad.
El segundo protagonista de la noche fue Edwin Quintero, creador de REFUVA, cuyo nombre nace de tres palabras que lo definen: Resiliente, Fuerte y Valiente. Más que un proyecto, REFUVA es un movimiento que busca derribar estigmas, abrir espacios de diálogo y ofrecer herramientas reales a quienes enfrentan batallas internas, especialmente en temas de salud mental.
Edwin ha dedicado su vida a visibilizar lo que muchos callan, a tender puentes donde antes hubo silencios, y a demostrar que pedir ayuda también es un acto de valentía. Durante su salida al escenario, estuvo acompañado por Gabo Novoa, su padrino, quien resaltó la importancia de su mensaje en un país donde la salud emocional aún enfrenta grandes retos.
Su historia conmovió al público y sembró un mensaje claro: sanar también es parte de salvar vidas.
El cuidado del medioambiente tuvo un espacio protagónico gracias a Marlene Matos, representante de “Jóvenes por el Mar y las Costas”, un proyecto que busca crear conciencia sobre la protección de los océanos, las playas y los ecosistemas costeros del país.
Apadrinada por el presentador de noticias Fabio Caballero, Marlene subió al escenario como símbolo de una generación que entiende que el futuro depende de las acciones del presente. Con su trabajo, ha movilizado a jóvenes, comunidades y voluntarios en labores de limpieza, educación ambiental y defensa de los recursos marinos.
Su participación recordó que ser héroe también implica proteger la casa común que todos compartimos: el planeta.
Uno de los momentos más vibrantes de la noche llegó con la historia de Carlos Rodríguez, de la Fundación Deporte Cambia Vidas, una iniciativa que utiliza el deporte como herramienta de transformación social, alejando a niños y jóvenes de entornos de riesgo y acercándolos a oportunidades de crecimiento personal.
Su padrino, Jonathan Gutiérrez, narrador de TVMAX Deportes, lo acompañó en el escenario para entregar un reconocimiento que simboliza años de esfuerzo, disciplina y compromiso con las nuevas generaciones. La ovación del público fue un reflejo del impacto que el deporte puede tener cuando se convierte en escuela de valores, respeto y superación.
En medio de la noche, llegó uno de los instantes más emotivos con la salida al escenario de Ronnie de Gracia, conocido por todos como el paramédico de la calle. Acompañado por su padrino José Manuel Arispe “Chollykid”, Ronnie recibió la ovación de un público que ya lo había elegido desde el corazón.
Su labor es tan silenciosa como heroica. Día tras día, Ronnie recorre las calles brindando primeros auxilios, atención inmediata y apoyo humano a personas en situación de vulnerabilidad. Su trabajo no distingue entre condiciones sociales, edades o circunstancias: donde hay una emergencia, ahí está él.
Al final de la noche, Ronnie fue oficialmente coronado como el favorito del público de Héroes por Panamá 2025, un título que representa el cariño, la admiración y el agradecimiento de todo un país por su entrega incansable. El momento fue uno de los más emotivos de la gala, con lágrimas, aplausos de pie y un mensaje claro: Panamá honra a quien sirve con el corazón.
La creatividad y el emprendimiento social también tuvieron su espacio con Alejandro Fasquelle, fundador de SIMPLE AF, un proyecto que nació como un trabajo universitario y hoy se ha convertido en una plataforma donde la moda, los textiles y el trabajo en equipo hacen la diferencia.
Alejandro demostró que el diseño también puede cambiar vidas, generar empleo y promover valores. Su salida fue de la mano de su madrina Amanda Díaz, en un momento que reflejó cómo los sueños bien trabajados pueden convertirse en herramientas de impacto social.
El cierre de la noche estuvo a cargo de Claudia Vidal, representante de Palabras Poderosas, un movimiento femenino que busca regular, integrar, hablar y concientizar a Panamá sobre la menstruación digna. Su labor ha impulsado proyectos de ley para que los productos de higiene menstrual ingresen a la canasta básica, luchando contra una realidad que afecta a miles de mujeres y niñas en el país.
Acompañada de su madrina Karina Lineth, Claudia subió al escenario para recibir su reconocimiento, dejando un mensaje de empoderamiento, justicia social y equidad. Su intervención fue una de las más reflexivas de la noche, recordando que hablar de lo que antes era tabú también es una forma de hacer revolución.
En una noche donde la esperanza se hizo tangible y la solidaridad dejó de ser un concepto para convertirse en acción, Héroes por Panamá 2025 celebró sus 15 años recordándole al país que las buenas causas también necesitan impulso real. No solo se aplaudieron historias, también se sembraron oportunidades, porque cada uno de los siete héroes juveniles de esta edición recibió su capital semilla para seguir transformando comunidades, salvar vidas, abrir conciencias y construir futuro.
Bajo las luces del Campus ITSE, el programa no solo celebró trayectorias de servicio, sino que apostó por el crecimiento de proyectos que ya están cambiando Panamá desde distintos frentes.
Desde ese momento inicial hasta el anuncio final, quedó claro que esta edición de aniversario no solo reconoció a héroes, sino que decidió caminar junto a ellos, permitiéndoles seguir salvando, educando, protegiendo y dignificando vidas.
La edición 2025 de Héroes por Panamá fue la confirmación de quince años de trabajo ininterrumpido visibilizando a quienes, desde el anonimato, construyen un mejor país con acciones concretas.
En su aniversario número 15, el programa volvió a demostrar que los verdaderos protagonistas no son los reflectores, sino las causas, los sueños y las luchas que cada héroe representa. Durante esta emotiva jornada, Panamá fue testigo de historias que inspiran, que duelen, que sanan y que recuerdan que aún existe una generación dispuesta a servir sin pedir nada a cambio.
Uno a uno, los siete héroes juveniles de esta edición fueron tomando el centro del escenario para mostrar que el cambio tiene muchos rostros.
Desde la solidaridad transformada en ayuda social, pasando por la defensa de la salud mental, la protección del medioambiente, el deporte como motor de oportunidades, la moda con propósito social y la lucha por los derechos de las mujeres, cada causa aportó una pieza esencial al gran rompecabezas humano que es Panamá. Más allá del reconocimiento simbólico, todos recibieron su capital semilla, una herramienta concreta para seguir haciendo crecer sus proyectos y multiplicar su impacto en comunidades de todo el país.
El momento culminante llegó cuando se anunció al favorito del público, un reconocimiento que no solo depende de la labor, sino del vínculo que logra construir con la gente. Ronnie de Gracia, el paramédico de la calle, fue el nombre que resonó con más fuerza entre aplausos, ovaciones y emoción contenida.
Su triunfo fue el reflejo de cientos de vidas tocadas en silencio, de madrugadas de servicio, de emergencias atendidas sin cámaras y de una vocación que ha hecho de la calle su sala de operaciones humanas. Aunque él recibió el título, su victoria fue también la de todos los que creen en una medicina que nace del amor al prójimo.
Al apagarse las luces del escenario, quedó flotando un mensaje profundo y urgente: Panamá sigue siendo una tierra de héroes cotidianos. Quince años después, el programa reafirma que la verdadera esperanza no nace de los discursos, sino de quienes, con manos firmes y corazones valientes, salen todos los días a cambiar realidades.
Y mientras existan personas como Ronnie de Gracia y los seis jóvenes que lo acompañaron en esta edición, el país seguirá teniendo motivos para creer que un mejor futuro es posible.