Daniel Norris, el grandes ligas que vive en un van

Aunque gana mucho dinero, prefiere vivir modestamente

Daniel Norris, el grandes ligas que vive en un van
Daniel Norris, el grandes ligas que vive en un van
Redacción TVMax
09 de abril 2015 - 14:00

Daniel Norris, un multimillonario jugador de béisbol, que a pesar de ganar una fortuna como jugador de la MLB estadounidense, prefiere vivir una modesta vida en una camioneta.

Es jugador de los Toronto Blue Jays y duerme en una caravana en el parking cerca de unos grandes almacenes y percibe tan solo 736 euros al mes (783,40 dólares) a pesar de que gana cerca de dos millones de euros al año (2.128.800 dólares)

¿Por qué? "Es como el yin y el yang. Puede ser poco convencional, pero me siento bien con mi estilo de vida. En realidad, estoy más cómodo siendo pobre", confesó en un reportaje de la ESPN. Y no le busquen más explicaciones.

Norris asegura que nunca necesitó mucho. Creció en Johnson City (Tennessee) y pasó sus días ayudando en la tienda de bicicletas que su padre había heredado de su abuelo.

Arregló pinchazos, se doctoró en parches para las ruedas y aprendió antes el nombre de las herramientas que el de los estados federados. Nació en una familia de clase media y se comportó como tal. Su infancia la pasó jugando en la calle y haciendo senderismo con sus dos hermanas mayores. Y también, bastante deporte.

En la escuela jugó al fútbol y al baloncesto, pero, sobre todo, destacó en béisbol. De ahí que en 2011 firmara su primer contrato como profesional a razón de casi dos millones de euros por temporada. Aquel día, lo celebró comprándose una camiseta por 12 euros.

Pero antes de llegar a ser multimillonario, ese mismo año, adquirió también por 9.200 euros (9,79 dólares) su casa: una caravana Volskwagen Westfalia 1978.

'Shaggy' -nombre que le ha puesto en honor al personaje de 'Scooby Doo'- lo tiene todo: cama, una cocina portátil para hacer huevos fritos por la mañana temprano y un salón donde pasar el día.

Es su mejor compañera, la que le lleva a los entrenamientos -a 92 kilómetros por hora- y le permite escaparse a hacer senderismo o acercarse a la playa para surfear, su otra pasión.

En su camioneta recita poemas, canta canciones, hace café francés por la noche, lee a Jack Kerouac -su autor de cabecera- y escribe lo que llama 'el diario de pensamientos', donde anota sus reflexiones antes de ir a dormir. Por ejemplo: "¿Dónde se puede ser tan libre como en medio de la nada?".

Con 21 años, este pobre por convicción y multimillonario por casualidad, es un verdadero deportista profesional. "¿Hippie? Sí, un poco", reconoce. Pero no le hablen de drogas o de alcohol, algo que jamás probó.

En el barrio es toda una atracción. Los empleados del Walmart de al lado de su 'casa' lo llaman Van-Man (hombre caravana) sin saber muy bien qué hace allí, mientras se echan unas risas cada vez que lo ven hacer ejercicio con los carros de la compra abandonados.

Pero a él le da igual. No le importa que lo hayan llamado 'surfista indigente', 'vagabundo espiritual' o 'adolescente sin control'.

Texto: Diario Diez (Honduras)

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