Bubba Watson se puso la chaqueta verde en Augusta
AUGUSTA, Georgia, EE.UU. (AP) -- Más firme en el último tramo del recorrido, Bubba Watson se consagró campeón del Masters de Augusta por segunda vez en tres años. Watson recuperó la chaqueta verde tras firmar un 69, tres golpes bajo par, en la última ronda el domingo, frustrando el empeño de Jordan Spieth de convertirse en el campeón más precoz de una de las grandes citas del golf desde 1931. "Este es muy diferente", dijo Watson. "El primero, para ser honesto, lo gané con mucha suerte". Con su magistral desempeño, Watson se une a un grupo selecto de 17 golfistas que han ganado el Masters en más de una ocasión. Spieth, de 20 años, parecía que se enfilaba hacia la gesta cuando se colocó al frente del tablero con una ventaja de dos golpes antes del octavo hoyo. Pero el torneo tuvo un giro radical. Watson embocó un par de birdies, mientras que Spieth acumuló bogeys sucesivos. En un abrir y cerrar de ojos, Watson era el líder por dos golpes rumbo a la última mitad del recorrido. El zurdo no parpadeó en los últimos ocho hoyos, cerrando con un acumulado de 280 golpes, ocho bajo par. Watson ganó el título de 2012 en un desempate. Spieth terminó con un 72, su peor anotación de la semana. Su acumulado fue de 283, empatado en el segundo lugar con el sueco Jonas Blixt, otro debutante en el Masters. El español Miguel Ángel Jiménez figuró cuarto con su total de 284. El segundo Masters ganado por Watson fue muy distinto al de hace dos años, más que nada porque no tuvo que arriesgar. La diferencia más dulce fue ver a su hijo de dos años correr hacia donde se encontraba en el green del 18vo hoyo tras superar por tres golpes a Spieth. Hace dos años, cuando sacó una pelota de los árboles en el décimo hoyo para ganar el desempate, su esposa y el hijo que recién había adoptado, veían el torneo en su casa en Florida. Esta vez, el niño Caleb no se despegó de su padre. "Tras devolverla el año pasado, quería recuperarla", dijo Watson sobre la chaqueta verde que debió entregar a Adam Scott en el pasado torneo. "Le propuse a Adam que deberíamos repartirnos la chaqueta cada año". Spieth, en cambio, sólo pudo ser un espectador. "Fue excitante, pero al mismo tiempo me duele ahora mismo", dijo Spieth. "Quería estar en la pelea para los últimos nueve hoyos, pero no se pudo".