El 'caso Salazar' se lleva por delante al máximo responsable del atletismo británico
Repercusiones de una suspensión
La Federación Británica de Atletismo anunció este martes la dimisión del director técnico nacional Neil Black, por sus relaciones en el pasado con Alberto Salazar, el entrenador estadounidense de origen cubano suspendido por dopaje recientemente y exentrenador de Mo Farah.
Black, máximo responsable del atletismo británico desde 2012, había calificado como "genio" a Salazar, al que contrató la Federación Británica en 2013 como consultor para su programa de resistencia.
La semana pasada, la Agencia Antidopaje Estadounidense (USADA) suspendió a Salazar por un periodo de cuatro años por infringir las reglas antidopaje.
En el momento en el que se inició la investigación que llevó a esta sanción, en 2015, Salazar era el encargado de los entrenamientos del británico Mo Farah, cuádruple campeón olímpico y el mejor atleta de su país en la última década.
En ese momento, la federación británica investigó las relaciones entre el entrenador y su atleta y concluyó que no había "ninguna razón para preocuparse".
Por el momento no hay ningún indicio que implique a Black en temas de dopaje.
Pese a su renuncia, Black seguirá entrenando a Farah hasta el maratón de Chicago tal como estaba previsto, antes de asegurar la transición con su staff, precisó el organismo federativo en un comunicado.
"Nada ha cambiado respecto a mi confianza en Mo Farah", había declarado Black el lunes a su regreso del Mundial de Doha, donde el equipo británico (que no contó con Farah por estar preparando el maratón de Chicago) conquistó cinco medallas, su peor resultado desde 2005.
Defensa de Mo Farah
"Es importante repetir que la Federación Británica de Atletismo y los equipos médicos y técnicos han sido siempre los que se han ocupado del cuidado de Mo Farah, por lo que no tenemos ningún temor", añadió Black.
No obstante, el ya exresponsable del atletismo británico también declaró, respecto al caso Salazar: "Voy a revisar todas mis decisiones y será entonces, cuando tenga una idea más clara de todo ello".
En ese Mundial de Doha, que acabó el domingo, estuvieron presentes siete de los atletas de Salazar, que forman parte de su grupo Nike Oregon Project, financiado por la marca estadounidense y con base en el noroeste de Estados Unidos.
De todos ellos destacó la holandesa Sifan Hassan, que ganó el oro en los 1.500 y los 10.000 metros.
"Quiero demostrar a todo el mundo que soy una atleta limpia. Si quieren hacerme controles, pueden hacerlos todos los días", declaró la atleta nacida en etiopía en la conferencia de prensa posterior a su título en los 1.500m con el sexto mejor crono de todos los tiempos (3 minutos, 51 segundos y 95 centésimas), el pasado sábado.
Además de los dos oros de Hassan, los otros atletas de Salazar que ganaron medallas fueron la alemana Kostanze Klosterhalfen (bronce en 5.000m) y el estadounidense Donavan Brazier (oro en los 800 metros).
Nike defendió a su entrenador, estimando que la decisión de la USADA "no tiene nada que ver con la administración de sustancias prohibidas a un atleta del Oregon Project".
Sin embargo, la investigación de la USADA descubrió una serie de importantes derrapes del entrenador de atletismo más famoso del mundo, nacido hace 61 años: inyecciones de aminoácidos (para quemar grasa), experimentos con testosterona, documentos médicos falsificados...
El presidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) Sebastian Coe anunció el domingo que la Unidad de Integridad del Atletismo, encargada de estudiar los casos de dopaje y corrupción, iba a estudiar el caso Salazar y vigilar más de cerca a sus atletas.
Salazar ha negado siempre estas acusaciones y ya anunció que recurrirá la decisión de la USADA.