Colores orgánicos y solidarios para celebrar un Holi más ecológico en India

Varios ciudadanos celebran el festival Holi en Bombay (India)
Varios ciudadanos celebran el festival Holi en Bombay (India) / EFE
Efe
02 de marzo 2018 - 06:06

Abandonadas en templos y grandes hoteles, las flores de Nueva Delhi tienen una segunda vida al ser convertidas en polvos de colores, una manera más segura de colorearse el cuerpo durante el festival del Holi y que, además, puede ser muy solidaria.

Como cada año, millones de personas "juegan" hoy al Holi en toda la India, el colorido festival hindú que un día después de la primera luna llena de marzo marca el comienzo de la época primaveral en el país asiático.

Bailes y música se mezclan en esta tradicional fiesta con agua y toneladas de "gulal", unos polvos de colores que se lanzan alegremente entre los participantes, pero algunos de estos pigmentos tienen componentes químicos que pueden ser perjudiciales para la salud.

Para lograr un festival menos dañino, la ONG Sociedad para el Desarrollo Infantil (SFCD) de Nueva Delhi incluyó entre sus actividades un programa para elaborar productos orgánicos a partir de deshechos naturales.

El proyecto "Avacayam", que en sánscrito significa "recoger flores", trabaja desde el año 2000 con personas con discapacidad intelectual que reconvierten pétalos abandonados en polvos de colores, para después venderlos y ayudar económicamente al colectivo.

"Todo el dinero que llega se reutiliza en la organización: dirigimos una pequeña escuela para niños con discapacidad y pagamos a la gente que trabaja durante el año, así pueden tener ingresos", cuenta a Efe Madhumita Puri, fundadora de la asociación.

Muchas flores congeladas son posteriormente convertidas en polvos de colores
Muchas flores congeladas son posteriormente convertidas en polvos de colores / EFE

De lunes a sábado, una pequeña furgoneta verde transporta los restos florales de diferentes templos, salones de banquetes, casas de bodas y grandes hoteles hasta la sede de la ONG, en el norte de la capital india.

Allí, un grupo de capaces trabajadores clasifica el producto según su color y lo reparte en distintas cestas, mientras que otros se encargan de recortar los pétalos en trozos más pequeños.

Tras esto, los restos obtenidos se dejan secar y se preparan para su venta, principalmente a grandes empresas que compran al por mayor y luego lo distribuyen, aunque también se empaqueta en pequeñas cantidades, indica Puri.

La SFCD, además de dar trabajo a decenas de personas que por sus diferentes capacidades cognitivas no pueden acceder a él, contribuye a incrementar el uso de "gulal" orgánico durante el Holi, mucho menos dañino para la salud que el fabricado con productos químicos.

"Los colores que no son orgánicos llevan metales pesados, algunos incluso tienen trozos de vidrio. Cuando estos se aplican, pueden provocar abrasiones en la piel y dañar el cabello", explica a Efe Soni Nanda, dermatólogo en el Hospital Max de la capital india.

Los polvos, que deben ser restregados por la cara, también suelen ser lanzados a distancia, por lo que pueden entrar en los ojos y dañar las córneas, o ser inhalados, ocasionando problemas nasales.

"Los colores orgánicos son normalmente bastante seguros y no se quedan en la piel por mucho tiempo, pero también son más caros", apuntó el médico. Y es que el producto natural puede llegar a cuadruplicar el precio en comparación con el químico, según asegura a Efe Vikram Singh, un mayorista de artículos para fiestas.

El viceinspector general de las Fuerzas de Seguridad Fronteriza indias, JS Oberoi, y el exjugador de críquet y ministro regional de Cuerpos Locales, Navjot Singh Sindhu celebran el festival Holi
El viceinspector general de las Fuerzas de Seguridad Fronteriza indias, JS Oberoi, y el exjugador de críquet y ministro regional de Cuerpos Locales, Navjot Singh Sindhu celebran el festival Holi / EFE

No obstante, cada vez más gente se interesa por los polvos de colores orgánicos, remarca el comerciante, que calcula en torno a un 10 % el aumento en la venta con respecto al artificial cada año.

Una teoría que confirma Puri, quien comenta ilusionada cómo la producción de "Avacayam" ha pasado de los 20 kilos que vendieron en la primera remesa del 2000 hasta las 15 o 20 toneladas que ha puesto este año en circulación.

"Cuando vas al mercado siempre está la dificultad, el riesgo y el miedo de que este año no va a ir del todo bien... pero siempre lo hace", comenta.

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