10 de las (muchas) grandes películas argentinas: risas, llantos y reflexiones

Una de las industrias de cine más consolidadas de América Latina es la de Argentina. Este país sureño tiene una impresionante galería de largometrajes que vale la pena ver o redescubrir. Les compartimos 10 películas valiosas de las muchas que podemos seleccionar.

 

Argentina tiene una impresionante galería de largometrajes que vale la pena ver o redescubrir
Argentina tiene una impresionante galería de largometrajes que vale la pena ver o redescubrir / Pixabay

En principio, El amor después del amor (Felipe Gómez Aparicio, Gonzalo Tobal, 2023) es un drama biográfico sobre los primeros años de la impresionante carrera del cantautor Fito Páez. Aunque, en el fondo, esta miniserie distribuida por Netflix es una valiosa aproximación a esa creativa generación dorada del rock argentino en la que están no solo Páez, sino también Charly García y Luis Alberto Spinetta, entre otros varios genios sureños.

Esta interesante producción me sirve de pretexto para hablar del cine argentino que podemos ver en esta plataforma de streaming. En este recorrido encontrarán de todo un poco: carcajadas, mar de lágrimas, la ficción más enloquecida, los dramas más demoledores, la realidad obscena de una dictadura militar y el arte como emblema de la esperanza.

Puesto 10. Esperando la carroza (1985)

Estamos ante un clásico de la comedia sin dobleces, de esas amargas y simpáticas que se disfrutan por su sinceridad apabullante sobre temas siempre relevantes. Es un ingenioso estudio sobre la complejidad que hay en ciertas familias, la ancianidad vista como un problema y no como una bendición y la muerte que a cada instante nos acecha a todos. El director Alejandro Doria (1936-2009) acomete una de sus creaciones más aclamadas al punto que alcanzó la categoría de película de culto. Su agudo guion alcanza enormes cuotas de la mano de un elenco de lujo: China Zorrilla, Luis Brandoni y Antonio Gasalla.

Puesto 9. Las viudas de los jueves (2009)

Marcelo Piñeyro (1952) es autor de producciones indispensables como Caballos salvajes (1995), Cenizas del paraíso (1997), Plata quemada (2000) y Kamchatka (2002). En Las viudas de los jueves inicia en materia fílmica su relación con la gran escritora argentina Claudia Piñeiro, la autora de este drama que retrata la crisis económica y social por la que pasó Argentina en la década de 1990 a través de la metáfora de un grupo de personajes de clase alta marcados, a su manera, por esos momentos traumáticos de la restricción de retiro en efectivo de los bancos que fue llamado en términos populares como corralito. Más adelante, Marcelo y Claudia trabajan como creadores y guionistas de la premiada serie política El Reino (2021-2023).

Puesto 8. El Suplente (2022)

El cineasta Diego Lerman (1976) ha firmado largometrajes como La mirada invisible (2010) y Una especie de familia (2017). En El Suplente -triunfó en el Festival de San Sebastián- cuenta la historia en común que tiene más de un formador en América Latina: los docentes comprometidos con su vocación deben, a veces, sortear obstáculos enormes para poder brindarle conocimientos a sus estudiantes. En este drama nos enfocamos en un joven profesor que da clases en un área marginal, deprimida, vulnerable y dominada por el narcotráfico. Casi nada.

Puesto 7. Inseparables (2016)

La comedia dramática Intouchables (2011) fue un éxito inesperado en su Francia natal, toda una oda a la amistad más verdadera y pura. Como suele ocurrir, ese aroma a ganancias de la mano de una trama poderosa llevó a que productores de otras industrias hicieran sus respectivos remakes (nuevas versiones más o menos fieles a la película original). En Argentina pasó a titularse Inseparables y sus protagonistas son los soberbios Oscar Martínez y Rodrigo de la Serna. Se mantuvo el núcleo argumental (melancólico empresario adinerado tetrapléjico se topa con un bribón asistente terapéutico) y el responsable es Marcos Carnevale (1963), un experto en eso de fusionar risas con lágrimas como lo demostró con creces en Elsa & Fred (2005) y Corazón de león (2013).

Puesto 6. Mi obra maestra (2018)

Dos de los grandes comediantes argentinos, Luis Brandoni y Guillermo Francella, han trabajado juntos en nueve ocasiones entre producciones pensadas para el cine y otras tantas para la televisión. Uno de esos encuentros entre ambos colosos es Mi obra maestra (bien recibida en Venecia y Valladolid), a cargo de Gastón Duprat (1969), un especialista en construir comedias ácidas como El ciudadano ilustre (2016), El hombre de al lado (2009) y Competencia oficial (2021). Su argumento gira en torno a un galerista entre bonachón y truhan (Francella) que utilizará todos los recursos posibles para que resurja la carrera de un pintor osco y amargado (Brandoni).

Puesto 5. El Rey del Once (2016)

El director Daniel Burman (1973) es una especie de versión argentina de su colega estadounidense Woody Allen. Su cine es reflexivo y controlado, de exploraciones existenciales como lo demostró en El abrazo partido (2003) y Derecho de familia (2006). El norte de la mayoría de los trabajos cinematográficos de Burman, entre ellos El rey del Once, es estudiar a profundidad ese terreno intrincado donde se desarrollan, evolucionan o se estropean, las relaciones entre los padres y sus hijos. Tierno a su manera, Burman elabora un discurso fílmico sobre cómo, a medida que vamos creciendo, nos parecemos a nuestros progenitores, sea eso una maravilla, una bendición o una debilidad. 

Puesto 4. Infancia clandestina (2012)

Argentina es, en Latinoamérica, el país donde se ha usado con mayor eficacia y contundencia el cine como medio para explorar su pasado histórico reciente. Buena parte del mejor cine argentino entre 1970 y la actualidad es aquel que analiza la violencia política que experimentó ese país sureño, en particular durante su represiva dictadura militar. Un botón de tanto ingenio es el que nos brinda Benjamín Ávila (1972) en Infancia clandestina, nominada al premio Goya (el Oscar español) a la mejor película hispanoamericana. Desde la mirada de un niño, la cámara y la trama nos comparten que hasta en las situaciones más dolorosas siempre hay espacio para la reivindicación, el amor y la fraternidad.

Puesto 3. Tango feroz: la leyenda de Tanguito (1993)

Otra de Marcelo Piñeyro, quien se inspira para este filme en el cine biográfico de Hollywood nivel The Doors (1991), de Oliver Stone. Esta vez disfrutamos de un acercamiento, desde la ficción más personal del cineasta, a la vida y obra de José Alberto Iglesias Correa (mejor conocido como Tanguito). Este personaje es un nombre fundacional, durante finales de los años 1960, del surgimiento de uno de los más grandes movimientos de rock en América Latina: el hecho en Argentina. Sí, es sobre música, pero sobre todo es sobre libertad de expresión, de la creatividad como puente (¿o no?) entre las generaciones, de un arte popular como un espacio idóneo para clamar libertad, justicia, amor y convivencia social.

Puesto 2. Wakolda (2013)

La guionista, directora y novelista Lucía Puenzo (1976) tiene una hoja impecable que incluye grandes logros fílmicos como XXY (2007), El faro de las orcas (2016) y Wakolda (2013). Esta última película se basa en una pieza narrativa que la hija del también cineasta Luis Puenzo publicó en 2011 con la editorial Emecé. Wakolda es sobre un acto de imaginación en torno a la residencia (real) en Argentina del científico alemán Josef Mengele tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Este criminal nazi llevó a cabo horrendos experimentos sobre herencia genética entre los prisioneros del campo de concentración de Auschwitz.

Puesto 1. La historia oficial (1985)

Este imperdible drama familiar lo ganó todo: el Oscar, el Globo de Oro, Cannes, Berlín, Toronto, el National Board of Review… El cineasta Luis Puenzo (1946) construye una película perfecta, redonda, sin fisuras. Aunque La peste (1992) y La puta y la ballena (2004) son otros largometrajes suyos admirables, nada supera a La historia oficial, todo en ella funciona como reloj suizo: el retrato de la Argentina de 1983, los estertores de la dictadura militar, ese guion fabuloso que nos presenta a un hombre en apariencia normal, una profesora que no sabía con quién había hecho una familia, una niña de pasado triste y una Abuela de Plaza Mayo en búsqueda de su nieta, más las soberbias interpretaciones de Héctor Alterio y Norma Aleandro.

P.D.: Sí, lo sé. No hay ninguna producción protagonizada por el inmenso Ricardo Darín (solo el coprotagónico que tiene en XXY), por más que son increíbles Nueve reinas (Fabián Bielinsky, 2000), El hijo de la novia (Juan José Campanella, 2001), El secreto de sus ojos (Juan José Campanella, 2009) o Relatos salvajes (Damián Szifrón, 2014). Lo siento, la culpa es de Netflix, ya que varios de estos títulos los tuvo en su catálogo, pero hoy día no hay ni rastro de esas producciones, por lo menos para el mercado de Panamá.

 

 

 

 

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