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Arroz fortificado, un grano que no llegó al plato de los panameños

Arroz en Panamá

Campos cultivados de arroz
Campos cultivados de arroz / AFP

Ciudad de Panamá, Panamá/Sala de espera. En junio de 2009 se promulgó la Ley 33 que creó el Programa de Fortificación de Arroz para fortalecer con nutrientes el grano que se empaca en el país y 10 años después, en agosto de 2019, el entonces recién entrenado gobierno de Laurentino Cortizo afirmó que sería implementado “en los próximos 18 meses”.

La buena nueva llegaba por intermedio del ministro consejero de Asuntos Agropecuarios, Carlos Salcedo, quien dijo que en la fase inicial la inversión sería de 3.3 millones de dólares para la compra de equipos y adecuación de la infraestructura de los molinos, mientras que el funcionamiento costaría 1.7 millones de dólares, según reportes de prensa de la época.

El gobierno, sostuvo, “ha tomado la decisión de incorporar a un producto de consumo masivo como el arroz elementos nutricionales, sin costo a la población”.

De aquella promesa han pasado casi 5 años y hoy día nada es lo que se sabe del aporte gubernamental al desarrollo de la fortificación del cereal preferido de los panameños, que se empacaría reforzado con ácido fólico, vitaminas B1, B6 y B12, así como niacina, hierro y zinc.

Anualmente cada panameño consume un promedio de 154.32 libras de arroz, de acuerdo con las cifras oficiales.

El programa iba para allá, iba para acá y nada se llegó a hacer, pues no se sabía de dónde iba a salir el dinero”, comentó una fuente que participó en las reuniones que se hicieron en la presidencia de la República, pues, según dijo, “eso estaba bajo el mando del Despacho de la primera dama”.

Tuvimos al menos unas 12 reuniones con diversos funcionarios, entre ellos directivos del Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA), entidad que en el papel es la encargada de traer los equipos y proveer los mezcladores a los molineros, así como de la compra de materias primas que iban a repartir en los lugares escogidos para este programa”, dijo el informante, que solicitó el anonimato.

En efecto, al artículo 3 de la mencionada ley señala que para el desarrollo del Programa de Fortificación de Arroz el gobierno, a través del Ministerio de Desarrollo Agropecuario y del IMA, proporcionaría a las empresas molineras empacadoras la premezcla de granos fortificados.

Las empresas molineras empacadoras deberán agregar la premezcla al arroz blanco, en proporción del medio por ciento (0.5%) del arroz que se empaca, a través de dosificadores que les serán instalados gradualmente durante un periodo no mayor de dieciocho meses por cuenta del Gobierno Nacional”, se indica.

Consultado, Pedro Acosta Insturaín, presidente de la Unión Nacional de Consumidores y Usuarios de la República de Panamá (Uncurepa), fue enfático al señalar que del programa de fortificación del arroz, del cual participó, “nunca supe dónde quedó eso, le perdimos la pista”.

Mientras, Raúl Palacios, presidente de la Asociación Nacional de Molineros (Analmo), puntualizó que se espera que el programa tome un nuevo impulso al menos dentro de seis u ocho meses, toda vez que este 13 y 14 de marzo el sector que representa se reunió en Divisa, provincia de Herrera, con funcionarios del Instituto de Innovación Agropecuaria de Panamá (Idiap) para tratar de retomarlo.

Dijo que desde el 2009, cuando se aprobó la Ley 33, estuvieron a expensas de que diferentes gobiernos cumplieran y compraran los equipos para la fortificación, tal y como está establecido, pero que con el pasar del tiempo esto no se hizo realidad, por lo que ahora los molineros proponen comprar sus equipos para cumplir con los requisitos exigidos en cuanto a la fortificación del arroz.

El presidente de la Analmo aclaró que esto nada tiene que ver con un aumento en el precio final del grano al consumidor, mientras agregó que actualmente solo dos empresas, a las cuales no identificó, ofrecen el arroz fortificado.

Por parte del gobierno “se han presentado algunas dificultades en la consecución de la materia prima, que es el arroz que viene fortificado y que se mezcla con el arroz comercial y se vende como arroz fortificado”, aseguró José Alberto Yau Quintero, responsable de la Unidad de Variedades Vegetales del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Idiap).

Yau Quintero agregó en una intervención radial que desde el 2005 el Idiap viene trabajando en la “biofortificación” de algunos granos, proceso que no es más que introducir líneas que presenten mayor contenido nutricional, a través del mejoramiento genético, y que en el caso del arroz están trabajando con hierro y zinc.

Explicó que bajo este concepto ya se han liberado cuatro variedades de arroz, tres de frijol, dos de camote y dos de maíz.

Desde el sector industrial se informó que aplicar el mejoramiento de los productos agrícolas para beneficiar al consumidor al parecer no fue prioridad en la agenda del gobierno saliente, dedicado junto a un grupo de productores a “blindar” al agro.

En este punto, la Asociación de Comerciantes y Distribuidores de Víveres y Similares (Acovipa) insiste en que en el país se ha impuesto “una fuerte regulación de las importaciones de productos”, lo que se traduce en una reducción de las opciones para los consumidores".

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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