Colón, atrapada entre la tregua rota, el microtráfico y el crimen organizado
Para el sociólogo José Lasso es categórico: “Colón es el ejemplo del fracaso de todas las políticas de seguridad de gobiernos pasados y el actual”.
Colón, Colón/Una madre de Barrio Norte todavía conserva la mochila escolar de su hijo. El joven, menor de edad, cayó abatido en una esquina del barrio tras un ajuste de cuentas entre pandillas. Su historia se repite una y otra vez en Colón, donde la violencia homicida se ha convertido en parte del paisaje urbano y en un dolor que traspasa generaciones.
Al mes de julio de 2025 ya se registraban 76 homicidios, según cifras del Ministerio Público, sin contabilizar las últimas muertes que superan las 7, desde que se rompió la tregua, y que se suman a una cadena de años sangrientos: 111 víctimas en 2021, 104 en 2022, 106 en 2023 y 121 en 2024.
La violencia tiene el mismo nombre y apellido
Para el docente y exviceministro de Gobierno y Justicia, Severino Mejía, la línea entre pandillas y crimen organizado es cada vez más difusa.
La violencia tiene el mismo nombre y apellido tanto en las actividades pandilleriles como en las actividades del crimen organizado. Las pandillas son el brazo armado del crimen organizado”.
A su juicio, las bandas de Colón buscan controlar rutas y eliminar competencia. “Colón es muy vulnerable estando el melanoma en los puertos donde llega la droga que sale hacia Estados Unidos y Europa”, añadió, advirtiendo que la ruptura de la tregua entre pandillas alteró el frágil equilibrio en las calles. Pidió al gobierno “aplicar la política criminológica que está en el congelador”. En ese sentido, pidió al Gobierno sacarla del "congelador".
El fracaso de la prevención
El sociólogo José Lasso es categórico: “Colón es el ejemplo del fracaso de todas las políticas de seguridad de gobiernos pasados y el actual”.
Recordó que desde la administración de los expresidentes Martín Torrijos hasta Laurentino Cortizo, se contrataron consultorías para diseñar estrategias con participación de iglesias, empresas, ONGes y líderes comunitarios, buscando prevención real con deportes, cultura y educación informal. “Estos documentos de política nunca fueron ejecutados”, precisó.
Microtráfico y crimen organizado: un engranaje letal
El criminólogo y docente universitario, Carlos González, detalló que en Colón se han registrado más de 82 a la fecha, lo que representa un 14% de la tasa nacional por cada 100 mil habitantes.
Estos homicidios son el resultado del microtráfico local que disputa territorios, combinado con el flujo internacional de drogas”.
Explicó que el crimen organizado se centra en proteger las rutas de los puertos, mientras que el microtraficante defiende su territorio.
“Las víctimas del microtráfico suelen ser menores de edad; las del crimen organizado pueden ser cualquiera que interfiera en el tránsito de la droga, incluso empleados portuarios”.
En relación con las medidas de seguridad y prevención que deberían priorizarse para reducir estos índices, González señaló que es precisamente lo que los gobiernos “no quieren hacer ni escuchar” y advirtió que la represión por sí sola no funcionará: “Se requiere prevención, más educación, más trabajo, ocupación del tiempo libre de los jóvenes y mediación de conflictos. De lo contrario, seguiremos viendo más colonenses caer”.
Sin prevención integral, sin prevención primaria ni secundaria, no se va a disminuir los homicidios en la ciudad de Colón”, dijo.
A nivel del crimen organizado, González insistió en que se deben reforzar los controles en los puertos y atacar la corrupción:
El crimen organizado tiene tanto dinero que fácilmente puede duplicar el salario de un funcionario, un servidor o un empleado portuario para comprarlo”.
Una violencia que se hereda
El exsubcomisionado Mauricio Nelson apuntó que Colón enfrenta “una violencia en espiral”, marcada por pandillas locales que buscan controlar territorios en corregimientos como Barrio Norte, Cativá y Sabanita.
Los homicidios vienen siendo ajustes de cuenta, tumbes de droga y reclamos comunitarios entre pandillas”, dijo.
Recordó que la cárcel de Colón, con condiciones inhumanas, también es un centro de operaciones donde las pandillas ejercen control. “Desde allí siguen influyendo en la violencia y recibiendo protección de ciertos sectores”, dijo.
La respuesta oficial
El ministro de Seguridad, Frank Ábrego, confirmó que los últimos homicidios “están directamente vinculados con la pugna de dos pandillas que pelean el espacio para el microtráfico”. El director de la Policía, Jaime Fernández, informó sobre el refuerzo de operativos en la provincia.
No obstante, la población duda de la efectividad de estas medidas. El empresario colonense Michael Chen expresó su frustración. “Vamos a seguir haciendo lo mismo o vamos a dar un giro de timón para cambiar a la provincia. Militarizar Colón no es la solución”.
La política en busca de salidas
Desde la Asamblea, la diputada Yamirelis Chong propone instalar una mesa interinstitucional y reformar la ley antipandilla y el régimen especial penal de menores de edad, “porque estas pandillas están reclutando menores de edad para cometer delitos sabiendo que no pueden ser judicializados”.