Contenido Exclusivo: Arroz, herencia en riesgo
En 2015, en Panamá se sembraron 75,000 hectáreas de arroz y esa cifra subió a 99,000 hectáreas en 2024. Pero más hectáreas sembradas no siempre significa más arroz cosechado.
Ciudad de Panamá, Panamá/El arroz es el imprescindible en el plato del panameño.
Y Germán Flores lo reafirma, casi con poesía cuando expresa: "Un día sin arroz es como un día sin sol”.
A Germán lo encontramos desayunando arroz, con carne y ensalada y con una sonrisa sentencia: “Sin arroz no hay comida, esa es la idiosincrasia del panameño”, pero advierte: “Eso sí, que no suban el precio porque entonces nos fregamos”.
Pero ¿cómo garantizar que no suba de precio y que en Panamá se produzca lo necesario para el consumo? Es algo que cada vez se vislumbra lejano o imposible, ante los crecientes problemas, el alza de los costos de producción, las controversiales importaciones, los molineros y los intermediarios en la cadena de comercialización.
Hablan productores y molineros
Franklin Barría, productor de arroz de Chepo, habla con números, señalando que producir un quintal del arroz cuesta unos 26 dólares y en la industria le pagan el quintal entre 24 a 26 dólares, lo cual a veces no les alcanza para cubrir costos de producción. Agrega que un quintal de fertilizantes en el 2009 les costaba entre 20 y 21 dólares y actualmente subió a 35 dólares, mientras que el precio al que se paga el quintal al productor es el mismo.
Mientras, Alejandro Girlando, del molino Agrosilos S.A., manifiesta que actualmente pagan el quintal de arroz alrededor de $27.50, que es un precio de mercado, y que además se pactan unos precios basados en las características del grano, donde principalmente se mide la humedad y las impurezas.
Hectáreas sembradas
Según el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), Chiriquí lidera la producción de arroz con un 27%, Panamá Este con 19%, Coclé con 16%, Los Santos y Herrera (Azuero) 14%, Veraguas 12% y Darién 12%.
Las alertas se encienden
En Panamá Este, donde está el distrito de Chepo y el corregimiento de Tortí, no han podido migrar al cultivo con riego y una plaga desde el año pasado afecta el rendimiento.
Esto es preocupante, porque Panamá Este es el segundo mayor abastecedor de arroz para la población en el país.
“El efecto que produce la plaga en la espiga es que el grano se seca y desaparece”, explica Jacinto Vergara, productor de Arroz de Tortí.
Vergara hizo un balance de lo que espera de su arrozal que está afectado por la plaga, indicando que “mi arrozal puede estar rindiendo sin esta plaga unos 100 quintales por hectárea, pero con esta plaga solamente serían unos 60 quintales y estaría perdiendo unos 1,800 dólares por hectárea.
Según el Fondo Latinoamericano para Arroz de Riego, Panamá es el país de América Latina y el Caribe que reporta el mayor crecimiento de consumo de arroz, pero en los últimos 23 años, solo tuvo un avance del 5% en el rendimiento en la producción, es decir, el número de quintales por hectárea.
En 2015, en Panamá se sembraron 75,000 hectáreas de arroz y esa cifra subió a 99,000 hectáreas en 2024. Pero más hectáreas sembradas no siempre significa más arroz cosechado.
En medio de este escenario, los gobiernos han apostado por las importaciones, que ahora sustentan que se necesitan para sostener la venta de arroz a mejores precios en las ferias del Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA).
Los auditos internos indican que la producción nacional de arroz no cubre la demanda en el país y eso impulsa a tener importaciones, y no hay nada que hablar sobre eso, pero el plan de desarrollo de la producción de arroz lleva a tener la esperanza de que en dos años y medio se podría ser sostenible en la producción de arroz, afirma Nilo Murillo, director del IMA.
“En este momento es imposible que el IMA le compre al productor; es un error decir que antes le compraban; es que anteriormente se le ha comprado y se ha dañado y no vamos a estar gastando plata para que se dañe el producto”, dijo Murillo y añadió que espera que con las Asociaciones Público Privadas el IMA pueda tener silos y poder comprarle a los productores, a futuro.
Franklin Vergara, productor de arroz de Chepo, responde que aplaudieron cuando el gobierno dijo que no se importaría arroz en tiempo de cosecha, pero se están dando importaciones por debajo de la mesa y trayendo arroz blanco que es peor, y si el mismo gobierno está importando y no le interesa qué hace el productor, entonces, ¿qué le espera al productor?
Importaciones
En los últimos 10 años, según IMA, se han comprado 7.8 millones de quintales de arroz pilado empacado y en cáscara, por los cuales se ha pagado 134.9 millones de dólares.
La importación la hacen cerca de 14 molinos junto con IMA.
“La importación la hace directamente el IMA con el molino. El molino invierte el dinero para poderlo pagar y que el arroz sea entregado. El arroz llega a Panamá bajo la facturación del IMA, pero con alianza estratégica con los molinos, que en la última importación compraron el arroz en 17 dólares, en cáscara, y al final limpio y pilado lo venden al IMA a 47 dólares", destaca el productor.
Terminan los subsidios
El actual gobierno decidió eliminar el subsidio de $7.50 por quintal que se otorgaba a los productores, señalando que estos recursos serán invertidos en modernización del sector agropecuario.
¿Cómo ha quedado el consumidor, en medio de todo este panorama?
Para el que cocina en su casa, para su familia, el arroz también se encareció porque casi ha desaparecido el arroz de primera de las estanterías, que es el más barato en los comercios. Y desaparece porque su margen de ganancia es menor que el especial.
“En las décadas de los 80, una libra de arroz te costaba hasta 15 centavos la libra; ha ido subiendo como muchos productos; ahora una libra de primera te puede costar entre 85 centavos y 1 dólar la libra", dijo el productor.
En las fondas y restaurantes, los dueños hablan sobre el incremento en el precio de este grano en el último año.
“Hace un año, las 50 libras de arroz especial costaban 28 dólares; ahora ya van por los 36 dólares, demasiado caro”, expresa con preocupación Eddy López de la fonda Feria del Sabor.
López indica que tratan de asumir costos porque los consumidores se molestan con los aumentos de precios de las comidas, pero no siempre es sostenible.
Bernardina Núñez tiene 82 años y señala que atrás quedaron esos días cuando comprar una porción de arroz en una fonda era barato. Recuerda que costaba “un cuara”, o sea, 25 centavos; ahora es un dólar.
El panameño consume entre 155 y 162 libras de arroz al año, ubicando al país entre los de mayor consumo per cápita en América Latina. Si hablamos de costos, los hogares destinan unos 75 dólares mensuales a la compra de este grano.
El arroz le importa al panameño; incluso hay regiones donde cómo se prepara es parte de la identidad cultural.
Productores, molineros, importadores, comercializadores y gobierno se echan unos a otros la culpa, cuando, en realidad, todos llevan una parte.
Mientras esto ocurre, no se sabe cuál es realmente la apuesta del Estado para el sector; lo que reina es la incertidumbre, a pesar de la enorme importancia social que tiene este grano para los dos extremos de la cadena, los que siembran y cosechan y los que no pueden vivir sin comerlo.
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