Corazón de Madre
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Ciudad de Panamá, Panamá/Todos los días miles de panameños salen de sus casas sin imaginar que, en un solo segundo, puede cambiarles la vida para siempre: un descuido, una distracción del conductor... y el camino se convierte en una cicatriz imborrable.
Hace un año Yaritza González pasó por una dura prueba. Sus dos hijos de dos y siete años fueron atropellados en Capellanía de Veraguas. Nathan, el más pequeño, murió y Karen, de siete, sufrió lesiones graves en sus piernas, abdomen y brazos. Un año ha pasado y este accidente dejó más que cicatrices. Fueron necesarias varias cirugías, terapias continuas de rehabilitación para la pequeña Karen. Hoy esta familia lucha por seguir adelante.
“Yo estoy sufriendo como si fuera ayer ese accidente; yo vi todo", recuerda Yaritza, que regresaban de casa tras salir de su trabajo en Capellanía, cuando un carro a alta velocidad impactó a sus niños, que iban en bicicleta; Karen salió volando y el niño quedó dentro del carro.
Según cifras de la Dirección Nacional de Operaciones del Tránsito, en lo que va del 2025 se han registrado 27,528 accidentes de tránsito; 6,830 han quedado lesionados, la mayoría personas en edad productiva.
Son números que sacuden, no son estadísticas frías; son madres, padres, hermanos, personas cuyas vidas cambiaron para siempre en un abrir y cerrar de ojos.
Aunque muchos logran sobrevivir, su vida no vuelve a ser igual y aprenden a vivir con las secuelas físicas y emocionales, luchando día a día para salir adelante, con las cicatrices de un accidente.
Hace 11 años la vida de Gianni González cambió para siempre; en el Corredor Sur sufrió un vuelco cuando regresaba a su casa, ocasionándole lesiones a nivel cervical, afectando la movilidad.
“El vehículo que iba a mi derecha se metió en mi carril, me asusté y pisé el acelerador, perdí el control, dije ojalá viva, pensé me morí”, señaló Gianny.
Gianny vivió para contarlo; ahora ha participado en la gala inclusiva del Ballet Nacional y otras actividades deportivas.
Cada año, aproximadamente entre 20 y 50 millones de personas sufren traumatismos no mortales, muchos de los cuales provocarán una discapacidad de acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sobrevivir a un accidente de tránsito es volver a nacer, pero con una marca que recuerda lo frágil que puede ser un segundo al volante.
De acuerdo con el director nacional de emergencia del Ministerio de Salud (Minsa), Vicente Oliver Paredes, los incidentes afectan la salud mental, la parte psicológica, que toma meses. años en recuperar
Sin duda, la vida de las personas que han sufrido algún incidente de tránsito cambia en un instante, así como hace 11 años le cambió a Jorge Villalba en un accidente en el que fueron sorprendidos por un articulado, mientras regresaba a casa de un amigo; con el techo del carro se fracturó el cuello.
“Por un golpe en la cabeza me tocó ser dependiente por un tiempo”, resalta Jorge.
Cuenta que ha sido un proceso difícil en el que hubo un duelo, e incluso depresión. Jorge laboraba como oficial de la Policía; ahora incluso ha aprendido a manejar y realizar otras actividades.
Detrás de cada víctima hay una familia que también carga con las secuelas; adaptarse no es fácil, pero la esperanza se convierte en motor... Hace 12 años la vida de Edilsa cambió con el atropello de su hijo Juan cuando salía de una actividad religiosa. Tenía 24 años y quedó con lesiones permanentes que le han impedido volver a caminar.
“Mi hijo salió de la JMJ, un carro que iba a velocidad atropelló a mi hijo, desde entonces quedó en cama”, contó.
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En la clínica médico legal del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses se realizan evaluaciones por lesiones relacionadas con hechos de tránsito; en el 2024 se realizaron 7,270; hasta julio de este año se han evaluado 4,509 personas.
Son lesiones que van desde el síndrome del latigazo hasta fracturas de extremidades, de acuerdo a la doctora Nidia de Lora, de la clínica médico legal.
Los procesos de rehabilitación pueden durar meses o incluso años; para muchos, volver a caminar o recuperar la independencia se vuelve una batalla diaria. En el Instituto de Salud Física Deportiva en Udelas [Universidad Especializada de las Américas], al año atienden entre 40 y 50 pacientes por lesiones de accidentes de tránsito.
Las cicatrices de un accidente no siempre se borran... Algunas se ven, otras se sienten, pero todas recuerdan que la vida vale más que la velocidad y la prudencia vale más que el apuro de un día cualquiera.