El futuro industrial de Panamá: nearshoring y la búsqueda de nuevos mercados

Panamá ya estaba comenzando a integrarse a una red de producción de semiconductores junto con otros siete países, pero cambios súbitos en la política comercial de Estados Unidos bajo la nueva presidencia de Donald Trump han generado dudas sobre la velocidad de implementación de este programa.

Ciudad de Panamá
Ciudad de Panamá / AFP

Ciudad de Panamá, Panamá/Esta entrega analiza el presente y futuro del sector industrial en Panamá en un contexto de inversiones inciertas, oportunidad creciente y nearshoring, mientras la economía global se adapta a un nuevo esquema organizado en bloques comerciales.

Valor

El sector industrial de Panamá es un componente vital de la economía nacional, representando cerca de un tercio del producto interno bruto (PIB) cuando se incluye la construcción.

Una parte importante de la industria nacional es la producción agroindustrial, que integra la manufactura con la agricultura, con uno de los principales productos agroindustriales de Panamá siendo el azúcar. Se calcula que Panamá produce más de 150 mil toneladas métricas de azúcar al año. Esto equivale al peso de más de 13 mil buses diablos rojos en azúcar al año.

Por otro lado, el subsector manufacturero ha experimentado una disminución importante en relación con la economía general, contribuyendo el 5% del PIB en los últimos años, en comparación con casi el 20% que aportaba en 1970. Este subsector incluye hoy día productos como el cemento, las bebidas y los alimentos procesados.

También se incluye dentro del sector industrial la generación eléctrica. Presentemente, Panamá cuenta con una capacidad instalada de más de 4,200 MW, la cual cubre la demanda local y genera un pequeño excedente que se puede comercializar en la región.

No obstante, a pesar de esta diversificación interna, el sector industrial es altamente dependiente de importaciones para su operación, trayendo equipos y programas de computadora del extranjero. Se calcula que más de dos tercios de los bienes que consume la industria panameña para operar son importados.

Energía eléctrica.
Energía eléctrica. / Pixabay

Empleo

El año pasado, alrededor de un sexto de la fuerza laboral del país —alrededor de 300 mil personas— estaba empleada en el sector industrial. La compensación promedio de los trabajadores industriales calificados está entre $10,000 y $11,000 al año, pero la cifra exacta depende del subsector. En la construcción, un trabajador calificado puede ganar más de $15,000 al año.

Al representar una fuente sólida de ingresos de nivel medio, la expansión futura del empleo industrial podría ser clave para detener la severa pérdida de trabajos formales que sufre el país, con una tasa de informalidad que ronda el 50%.

Fortalezas

Una base industrial sólida mejora la estabilidad económica de los países al reducir su dependencia de las importaciones. Esto resulta especialmente favorable en tiempos de inestabilidad global.

Además, se ha observado que el desarrollo de un sector manufacturero robusto fomenta el aprendizaje de habilidades en la población, lo que conduce a una mayor productividad y al crecimiento salarial en general.

Las regiones alrededor de David y Las Tablas ya han sido identificadas por evaluaciones estatales como posibles polos industriales, especialmente en agroindustria, pero han sido más las promesas que las inversiones recibidas.

Por el tamaño del país y su población, es muy probable que el desarrollo de tan solo tres grandes inversiones industriales, en ubicaciones estratégicas, aumentaría significativamente el empleo y el PIB, paliando varios de los males económicos que aquejan al país, como el alto costo de la vida y el desfase de su competitividad.

Nearshoring

El nearshoring (nir-SHO-rin) significa, en términos simples, la relocalización de empresas proveedoras a Estados Unidos —desde China, Asia en general, India y, en algunos casos, Europa— hacia el continente americano, con el propósito de simplificar las cadenas internacionales de suministro y reducir los riesgos causados por la incertidumbre global.

Panamá ya estaba comenzando a integrarse a una red de producción de semiconductores junto con otros siete países, pero cambios súbitos en la política comercial de Estados Unidos bajo la nueva presidencia de Donald Trump han generado dudas sobre la velocidad de implementación de este programa.

Imagen con fines ilustrativos de semiconductores o chips.
Imagen con fines ilustrativos de semiconductores o chips. / Pixabay

Debido a esta incertidumbre, el país tendrá que demostrar proactividad en la identificación y atracción de inversiones industriales internacionales de Europa y el sudeste asiático para compensar cualquier demora en los planes estadounidenses de reestructurar su cadena de suministros.

Ahora bien, Panamá ya cuenta con un atractivo innegable: el dólar.

El uso de esta moneda elimina el riesgo cambiario, lo que facilita la relocalización de subsidiarias industriales al país y su integración contable con sus sedes en Estados Unidos.

No obstante, siguen persistiendo las mismas barreras a la inversión. Según las tres principales agencias calificadoras —Moody’s, S&P Global y Fitch— tales barreras incluyen problemas de gobernanza, inestabilidad fiscal y falta de planificación financiera a largo plazo.

Los inversionistas internacionales buscan un fortalecimiento del estado de derecho en el país mediante mejoras al sistema judicial. Esto, junto con una demostración de estabilidad regulatoria, facilitaría la atracción de inversión extranjera directa.

Exportación

Por décadas, el Gobierno Nacional ha implementado políticas para incentivar la formación de industrias locales orientadas a la exportación, pero los resultados han sido mixtos.

Por su parte, el sector agroindustrial del café se mostró proactivo y salió a buscar nuevos mercados a nivel global, logrando ventas históricas y elevando la imagen y el prestigio de Panamá. Posteriormente, el Gobierno Nacional ofreció incentivos adicionales que facilitaron este desarrollo.

Sandías de exportación
Sandías de exportación / TVN Noticias

Con base en esta experiencia, una estrategia efectiva para impulsar el crecimiento industrial con miras a la exportación sería ofrecer incentivos económicos a agentes privados, fuera del Gobierno Nacional, que logren abrir nuevos mercados para industrias panameñas ya existentes o en desarrollo.

Tal estrategia podría fomentar la expansión comercial bajo el liderazgo del sector privado, en lugar de mantenerla atada a los procesos gubernamentales burocráticos asociados con misiones comerciales oficiales y largas autorizaciones aduaneras.

Pasos

Según estudios del Fondo Monetario Internacional, para expandir su sector industrial más allá de la construcción, Panamá tendrá que fortalecer su estabilidad legal y fiscal, mantener su ritmo de inversiones en su red logística para apoyar las exportaciones manufactureras y, además, invertir en nuevas fuentes de energía para sostener la productividad adicional.

El desarrollo doméstico de nuevas industrias, la ampliación de las ya existentes o el establecimiento en Panamá de operaciones provenientes de otros países tendría la doble ventaja de aumentar la formalidad y desarrollar las capacidades de la fuerza laboral para otras actividades a futuro.

Por todo esto, el sector industrial tiene un gran potencial que Panamá podría aprovechar, en conjunto con su ubicación geográfica, para construir una base productiva resiliente y competitiva de cara al siglo XXI.

Si se ejecuta una política industrial bien planificada, un aumento adicional del 1% en el PIB industrial a mediano plazo podría eventualmente contribuir entre $600 millones y $800 millones anuales, mejorando salarios, el empleo formal y la competitividad en exportaciones.

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