'En mi mente nunca estuvo la muerte': La historia de una joven que venció el cáncer

Kira Vásquez estuvo un año experimentando síntomas sin ser diagnosticada.

El cáncer estaba en una etapa avanzada al ser descubierto.

El aprendizaje, conocer a otras personas con el mismo padecimiento, el respaldo de su familia, y amigos fueron clave para sobrellevar la enfermedad.

Kira Vásquez fue diagnosticada con cáncer de linfoma de Hodking a los 21 años.
Kira Vásquez fue diagnosticada con cáncer de linfoma de Hodgkin a los 21 años.

Las historias de cáncer se caracterizan por la lucha y valentía que han tenido las personas frente a este mal que es cada vez más común y que gracias a los avances científicos y tecnológicos en la medicina ha dejado de ser sinónimo de muerte.

Los estereotipos se han derrumbado, los pacientes no se esconden y al contrario dan sus testimonios con el fin de animar a otros, porque la vida no se acaba con un diagnóstico.

Este es el caso de Kira Vásquez, una mujer que a sus cortos 21 años de edad inició la batalla más importante de su vida, el objetivo era ganarle al linfoma de Hodgking, un tipo de cáncer que ataca el sistema linfático, y que, pese a que es uno de los menos severos, de 10 personas que lo padecen, a un 1 % se le torna agresivo, ella formaba parte de ese grupo.

Un año de espera

Vásquez contó a TVN-2.com que, antes de ser diagnosticada estuvo un año visitando médicos generales y especialistas por una serie de malestares, sin embargo, los estudios que le realizaban eran básicos y solo le recetaban medicamentos para calmar el dolor y desaparecer los síntomas, que lejos de eso solo empeoraban.

“El primer síntoma que tuve fue dolor en el nervio ciático, fui al médico me recetó pastillas para el dolor, fisioterapia y hasta me filtraron la columna porque tenía unos discos inflamados, pero el dolor continuaba”, dijo Vásquez.

Posterior a esto empieza a tener falta de apetito y pérdida de peso drástico por lo que recurrió al médico nuevamente, esta vez le diagnosticaron Helicobacter pylori, se sometió a los tratamientos, pero síntomas como fiebre seguían apareciendo hasta que finalmente los ganglios se empezaron a inflamar.

“Me apareció un ganglio en el área de la ingle, fui al ginecólogo y me dijo que podía tratarse de una infección, por lo que disminuiría. Nunca disminuyó, fueron apareciendo otros y ya estaba súper delgada. Volví al médico y me dieron antibióticos, pero los ganglios siguieron apareciendo”.

Ante este escenario el doctor que la atendía tomó la decisión de realizarle estudios más profundos, y es en un ultrasonido de ganglios donde se visualiza que el área pélvica estaba llena de ellos, por lo que se requirió una biopsia.

En este momento, Vásquez fue referida a un oncólogo para que realizara los estudios y solo bastó tres días para que finalmente se determinara la causa de las permanentes y constantes dolencias que había sufrido por todo un año, se trataba de la enfermedad conocida como linfoma de Hodgking.

“Yo no hubiese estado tanto tiempo con cáncer si desde un inicio me hubieran hecho estudios profundos para determinar qué me estaba causando los síntomas”, dijo Vásquez, considerando que los médicos deben profundizar más cuando las dolencias no desaparecen.

Diagnóstico

Su reacción al recibir el diagnóstico no fue de desesperanza, al contrario, lo tomó como si se tratara de un resfriado común: En mi mente nunca pasó muerte, tal vez por la edad, cuando me dan la noticia la tomé muy relajada, me dije que solo era cuestión de hacer los tratamientos. No era consciente de lo que implicaba porque nunca lo había vivido”.

Sin embargo, las preocupaciones para Vásquez iniciaron cuando fue referida al médico de cabecera, quien al revisar la cuadrícula le dijo que tenía que ser hospitalizada de inmediato porque el cáncer estaba avanzado.

Vásquez cuenta que el linfoma de Hodgking tiene varias etapas, y cuando se lo descubrieron ya estaba en etapa 4, además, estaba acompañado por una esclerosis medular, o sea, que no estaba solo en los ganglios sino en los órganos, por lo que tuvo que iniciar tratamientos enseguida.

Contó que realizar las primeras quimioterapias no fue tan traumático, sin embargo, en el procedimiento surgieron otras cosas que si eran agotador y la afectaban mentalmente.

“A mitad del tratamiento ya estaba tan cansada que no quería más nada, me hacían los tratamientos y recaía, fueron más de cinco sesiones diferentes de quimioterapia, tres trasplantes de médula, radioterapia y nada funcionaba; hasta que me dijeron que ya no se podía hacer más nada”, dijo Vásquez, reiterando que nunca pensó en la muerte.

“Yo vivía mi día como si fuera el último, me acostaba con la esperanza de despertar viva”, explicó.

En medio de su lucha, a pesar de estar consciente de la situación por la que estaba atravesando y sabiendo que sus días tal vez estaban contados, Kira recuerda que estaba resignada y tranquila, pero al ver la reacción de su familia que la alentaban a no darse por vencida y que empezaron a buscar más alternativas, recordó un tratamiento experimental que en algún momento su médico le había mencionado.

“Cuando me dijeron que ya no se podía hacer nada, ya el tratamiento no era experimental, pero no podía esperar a que el tratamiento llegara a Panamá porque tal vez no me quedaba ni un año”, sostuvo.

El tratamiento que requería Vásquez estaba siendo utilizado en Estado Unidos, pero para poder acceder a él debía pagar 42 mil dólares y que se tratara de un caso de urgencia.

Vásquez relató que fueron sus amigos a quienes se le ocurrió la idea de grabar un video sobre su padecimiento y el tratamiento que requería para solicitar ayuda, luego lo subieron a Instagram y etiquetaron a todas las personas que conocían, hasta fundaciones nacionales e internacionales.

“Una vez mis amigos coincidieron con Japanese en un centro comercial, le explicaron mi situación y pidieron que hiciera un video mencionándome y ese fue el boom, pero hasta hoy yo no conozco a Japanese”, recalcó.

La repercusión del video fue de tal magnitud que muchas personas se fueron sumando a la causa, recuerda que la ayuda fue llegando de todas partes, y personas que no conocía donaban una que otra cosa que pudiera ayudarla a conseguir el dinero que necesitaba.

Cambio de vida

El cáncer, como pocas enfermedades, es una de las que causa cambios no solo físicos, si no mentales y hasta espirituales en quienes la padecen. Para muchos es un milagro sobrevivir a la enfermedad y poder normalizar su vida ante la cifra de quienes no pueden dar su testimonio.

“Yo ahora le doy valor a las cosas que realmente lo tienen, mi vida espiritual se fortaleció, siempre fui cristiana, pero ahora siento que hay algo que sí existe de verdad. También he corregido cosas que hice de joven y sé que no estuvieron bien”, destacó Vásquez.

El aprendizaje, conocer a otras personas con el mismo padecimiento, investigar, el apoyo su familia, y amigos también fueron clave para sobrellevar la enfermedad.

“Si el cáncer vuelve en mi mente está que hice todo lo posible para que no lo hiciera, en mí está tratar de evitarlo. Cambiar la mentalidad y el estilo de vida de las personas es muy difícil, pero en mí está hacer un cambio en las generaciones que vienen”.

Vásquez mencionó que la prevención, las revisiones contantes con el médico y estar pendientes a todas las molestias que podamos experimentar y que sabemos que no son normales son importantes para evitar que enfermedades crónicas sean detectadas cuando ya están avanzadas.

“A veces uno se descuida, muchas veces nos acostumbramos a sentirnos mal. Es muy importante tener un médico de cabecera”, indicó.

Le recomienda a todos aquellos que estén luchando contra el cáncer que vivan su día como si fuera el último, que luchen por sus propósitos, por seguir estando vivos y sus familiares que acepten la decisión de los pacientes.

“Luchen, la esperanza es lo último que se pierde, no tengan en sus mentes la muerte”, puntualizó.

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