Lam anuncia medidas pactadas con Pekín para rescatar la economía hongkonesa
La Jefa del Ejecutivo hongkonés, Carrie Lam, anunció este miércoles un paquete de medidas pactadas con Pekín para rescatar a la ciudad financiera, cuya economía se contraerá un 6,1 % en 2020 debido a "la agitación civil, la pandemia y la situación política internacional", afirmó.
En un extenso discurso ante el Consejo Legislativo, Lam aseguró que la excolonia británica ha recibido "golpes sin precedentes" en los últimos años que "socavaron gravemente la estabilidad social".
Entre ellos se encuentran los efectos económicos de la pandemia de la covid-19, el "malestar social emanado por parte de la oposición" y los "actos que han amenazado la seguridad nacional por la interferencia de fuerzas externas", enumeró.
"Hay que buscar formas de sacar a Hong Kong del punto muerto y restablecer la confianza de la población", dijo.
Lam defendió sus últimas visitas a Pekín, donde acordó impulsar el área de la Gran Bahía, que comprende hasta nueve ciudades, incluyendo Cantón, Shenzhen, Hong Kong y Macao, para convertir la zona en un centro financiero, tecnológico y de comunicaciones "de referencia internacional".
También anunció un plan para conectar las bolsas chinas y hongkonesas que permitirá que más empresas de la China continental puedan beneficiarse de cotizar en Hong Kong.
"Hong Kong tiene que aprovechar las oportunidades que le brinda China", apostilló la mandataria local.
Acto seguido, manifestó que Pekín apoya a Hong Kong para que la ciudad tenga garantizada el suministro de vacunas contra el coronavirus, y agregó que "Pekín reservará lotes para que puedan usarse entre los hongkoneses si es necesario".
Lam afirma que quiere rescatar el orden constitucional
Las relaciones con China marcaron el discurso de Lam, quien justificó la Ley de Seguridad Nacional aprobada por Pekín con el teórico objetivo de desactivar las protestas antigubernamentales desatadas el año pasado en la ciudad que, en ocasiones, acababan en graves incidentes violentos entre policía y manifestantes radicales.
"Hay gente con malas intenciones, influenciadas por fuerzas externas, que se han aprovechado de la relativamente complicada situación política y social en Hong Kong. Nuestra prioridad es rescatar el orden constitucional, salir del caos", afirmó.
La ley sanciona con penas de hasta cadena perpetua actos como la secesión o la confabulación con fuerzas extranjeras, lo que provocó temores entre muchos hongkoneses.
Desde que se aprobó se han sucedido numerosas redadas policiales y detenciones de activistas prodemocráticos, ante lo que algunos de ellos han optado por exiliarse para tratar de evitar represalias.
"Es la responsabilidad de Hong Kong velar por su seguridad. Desde que la ley entró en vigor, la paz ha regresado", reiteró.
Asimismo, anunció que el Gobierno presentará un proyecto de ley para "enmendar las ordenanzas sobre las tomas de juramento por parte de los funcionarios públicos" así como una campaña educativa para "mejorar la comprensión del Estado de Derecho".
Los diputados de la oposición renunciaron en noviembre a sus escaños en el Parlamento después de que cuatro de ellos fueran destituidos a raíz de un decreto aprobado por Pekín, el cual permite al Gobierno local despojar a políticos de sus cargos sin tener que recurrir a instancias judiciales.
"Si hay pruebas de que alguien ha violado la ley, el acusado debe afrontar sanciones sin importar su estatus o procedencia", agregó Lam sobre los más de 2.000 sospechosos que están siendo procesados por su participación en las protestas del año pasado, según datos del diario South China Morning Post, pero aseguró que "el sistema judicial hongkonés sigue siendo independiente".